A Alonso, Zandvoort le recuerda al Jarama. Hay una razón

Pero es cierto: existe un paralelismo entre ambos trazados. El madrileño es otro trazado sin grandes rectas. En su diseño original, hoy ampliado, la recta principal era apenas más larga que la de Zandvoort: unos 800 metros y luego las curvas imperaban sobre las rectas, todas ellas muy cortas.

Y es que entre ambos hay un denominador común, un nexo de unión: John Hugenholtz, el hombre que diseñó ambos trazados. Pero también Zolder y esa joya del pilotaje que es Suzuka. El Hermann Tilke de su época.

No está claro si el diseño de Zandvoort fue por completo suyo, pero seguro que tuvo influencia y estuvo muy involucrado porque por entonces era presidente del Dutch Auto Racing Club y fue el primer director del circuito.

En 1939 se realizó la primera carrera callejera de Zandvoort, un trazado que aprovechaba las carreteras de la zona. Algunas de ellas y otras que abrieron para sus necesidades el ejercito alemán durante la ocupación, fueron aprovechadas para realizar más tarde el circuito permanente, inaugurado en 1949, con Hugenholtz ya como director.

La recta de meta y el trazado hasta la curva 7 todavía es bastante fiel al trazado original.  La zona de las curvas 2 y 3 recuerda mucho a la zona de Le Mans en el Jarama… e incluso la curva 3 es la que frontera entras las dos zonas de paddock… como lo hace Le Mans en el Jarama.

En el trazado madrileño intervino asimismo el ingeniero de caminos Sandro Rocci, que después sería presidente de la Real Federación Española de Automovilismo.

Rocci me explicó una vez que tenía un truco para inspirarse cuando quería dibujar un circuito: tomaba un pequeño cordel con la longitud –a escala– deseada. Unía las dos puntas… y lo dejaba caer sobre la mesa. El cordel dibujaba formas caprichosas… que podían ser el trazado de un circuito. Recuerdo que nos hizo –éramos varios periodistas– una demostración práctica de ello.