Los Plaza en el Dakar: de tal palo, tal astilla

Manolo y Mónica Plaza serán una de estas excepciones. Estaban casi destinados a correr juntos el Dakar algún día. "Es muy emocionante para mí volver después de este paréntesis, especialmente acompañado de mi hija. Me siento tan emocionado como la primera vez", afirma Manolo.

Ello me ha recordado una de mis mejores noches en el Dakar, cuando pasé unas horas a solas con Jacky Ickx que, a la luz de su linterna fijada en la cabeza, intentaba reparar su coche; fue aquel año en el que afrontó la prueba en solitario y sin asistencia a los mandos de un Toyota Land Cruiser de serie. Ickx era un auténtico ‘dakariano’: pese a su estatus cuando era piloto oficial, prefería el ambiente del campeonato, estar en el vivac, compartirlo todo con los modestos.

Aquella noche Jacky me habló —entre muchas otras cosas— de su experiencia del año anterior cuando corrió el Dakar llevando a su hija Vanina de copiloto. "Es algo único. Durante días estás sólo con tu hija, dependes de ella, hay comunicación. ¡Es una experiencia que recomiendo!", me explicó.

Algo así debía suceder con los Scheck, Herbert y su hija Patricia que corrieron algunas ediciones del Dakar juntos pero separados ya que lo hicieron en moto con las BMW que preparaba Herbert, gran campeón de enduro alemán.

Para Mónica no será una ‘premiere’. Ella ya tiene experiencia en sentarse en el ‘asiento del miedo’, incluso como a su hermana Marta, también se le da bien el volante. Curioso, Mónica nació pocos meses antes de que Manolo disputará su primer Dakar. Marta, cuando su padre estaba disputando otro Dakar.

Manuel hace tiempo que estaba retirado del Dakar, aunque no del mundo de los raids. Hace 12 años que está ausente de la prueba, no ha disputado ninguno de los Dakar sudamericanos, pero ha preferido hacer la Africa Eco Race en alguna ocasión: "Pero cuando supe del nuevo destino del Dakar me dije que tenía que volver".

Mónica casi no daba crédito cuando su padre le preguntó: "¿Me acompañarías al Dakar?". Para ella era casi un sueño. "Siempre he seguido el Dakar por la tele. Sobre todo cuando corría mi padre, porque quería verlo, ver lo que hacía", dice Mónica que es la más joven competidora del Dakar en coches. Y sobre todo, ver cómo se tocaba la oreja delante de la cámara, un saludo en clave pactado con sus hijas para decirles que se acordaba de ellas.

La joven conquense está tranquila ante la experiencia. "Hace cinco años, cuando debuté como copiloto sí que sentí pánico. No sabía nada de libros de ruta ni de navegación, pero ahora ya tengo experiencia". Cierto, experiencia amplia e interesante, no en vano ha sido 'copi' de pilotos como Luis Recuenco o Dani Solà. "Pese a ello no puedo evitar estar un poco nerviosa porque ¡esto es el Dakar!”.

Manolo cuenta con la experiencia de 13 Dakar a sus espaldas desde 1996 a 2008, aunque esa edición —la 13ª, curiosamente— no pudo disputarla, fue la edición que se anuló. Su mejor resultado, un 21º puesto en 1998 con un Mitsubishi preparado por Somauto

"Mi objetivo es luchar por el Top 20, pero sobre todo disfrutar y compartir esta experiencia con mi hija, mi mejor acompañante de aventuras, y con un gran equipo humano y técnico como es el de Sodicars", dice Manolo.

Aunque es conocido por su gusto por la mecánica y su habilidad como preparador, ha decidido apostar por una mecánica fiable y conocida, un buggy Sodemo, equipado con un motor Chevrolet V8.

Mónica está entusiasmada con la experiencia. "Me hace mucha ilusión y alegría volver a verlo —esta vez en vivo y directo, en primera fila— esta prueba con un coche competitivo. ¡Se lo merece!. Soy realmente afortunada de poder correr con mi padre, con quien tengo una muy fuerte unión. Recuerdo todo lo que nos explicaba y sus aventuras para salir de situaciones complicadas”.

Ambos se han preparado al máximo para la prueba y esperan impacientes a que la aventura de realmente comienzo.