GAZ 51, los viejos camiones de carreras de los rallies estonios

Hay una razón de peso para la presencia de los equipos mundialistas. La prueba está asociada al promotor del WRC porque los organizadores estonios, con el apoyo incondicional del presidente del país, se ha marcado un objetivo: un rally del mundial para dentro de tres años como una forma de dar mayor visibilidad a un país… que ya importa mucho en el mundo de los rallies porque permite correr a alto nivel a jovenzuelos imberbes de 15 años. Kalle Rovanperä lo sabe muy bien y ahora es Ollie Solberg el que se apunta y nada menos que con un VW Golf R5.

Pero hay otra razón práctica. Es un excelente test, sobre todo pensando en Finlandia. Y no computa como uno de los test privados a los que tiene derecho cada equipo. Una vía que todos han comenzado a abrir y explorar.

Pero no es la parte alta de la excepcional –Tanak, Evans, Mikkelsen, Lappi, Breen, Märtin con WRC; Suninen, Ollie Solberg, Pietikäinen, Takamoto, Gryazin, etc con R5–  lista de inscritos ni el recorrido con 15 especiales y 151 km cronometrados, lo que me llama la atención.

Me he fijado en los últimos de la lista, del número 92 al 106. Una quincena de ‘coches’ inhabituales por nuestros lares pero que en los países de la antigua Unión Soviética siguen siendo usados. Se trata de los GAZ, casi todos ellos GAZ 51, aunque hay algún GAZ 52 o GAZ 53, algo más modernos. Se trata de camiones ligeros, ni siquiera ‘trucks’ o ‘pickups’. Camiones que comenzaron a producirse en 1946 de cara a la II Guerra Mundial, que dejaron de producirse en 1975. Tenían capacidad para 2 toneladas de carga y su motor era un 6 cilindros en línea de 3,5 litros y sólo 70 caballos de potencia, aunque después subieron hasta 102, al menos en versiones fabricadas en Polonia. El GAZ 53 es más pesado y algo más moderno que continuó en producción hasta los 90; puede llevar hasta 3,5 toneladas de carga, y podía tener un motor V8 de 4.5 litros y hasta 120 caballos de potencia, pero su velocidad máxima era 90 kilómetros/hora. Y con bajas de cambio de cuatro velocidades, de las que sólo tercera y cuarta sincronizadas. No estoy seguro, pero lo lógico es pensar que la dirección asistida brilla por su ausencia y la frenada debe ser crítica con sus frenos de tambor y su peso, pese a la teórica baja velocidad.

Comparar las velocidades entre estos GAZ y con un WRC, incluso con un R5, convierte a los primeros en ‘coches de carreras’ casi ridículos, pero lo cierto es que es una forma de competir barata y que tiene sus seguidores. La habilidad al volante debe contar mucho.

Por cierto, también hay carreras de rallycross reservadas a estos camiones, muy seguidas allí.