Los equipos pequeños recibirán más dinero, pero no será suficiente

Liberty Media ha propuesto un reparto que parece más equitativo, pero manteniendo el sistema de las cuatro columnas y, por tanto, los bonos a los mejores equipos.

El 50% de la cifra se repartirá a partes iguales entre todos los equipos, sea el número que sea. Es decir, los equipos nuevos tendrán derecho a entrar en el reparto.

Una segunda columna repartirá un montante aún por decidir –podría ser del 35 a 40% del total– entre los diez equipos mejor clasificados en el Mundial. Una prima variable según la clasificación, del 18% para el ganador al 2% al décimo clasificado.

Los tres equipos que mejores clasificaciones en el Mundial de Constructores hayan tenido en los últimos diez años se repartirán el dinero de la tercera columna.

Y la cuarta columna es el bonus a Ferrari, que posiblemente será menor a los 70 millones actuales –algunos dicen que se reducirá a la mitad– a cambio de mantener el derecho a veto –que los demás equipos no desean– y de que este bonus no podrá ser empleado para sobrepasar los 170 millones estipulados como límite presupuestario.

Los equipos pequeños recibirán más dinero. Por ejemplo, el fijo estará en unos 50 millones de dólares –si partimos de la base que se reparten unos 1.000 millones de dólares en lugar de los 35 actuales, siempre y cuando no entre un equipo nuevo. Una inyección bienvenida.

Pero se consolida en beneficio financiero de los tres equipos grandes: Ferrari, Mercedes y Red Bull gracias a la columna 3 –y en el caso de Ferrari, también de la 4–. Son los tres equipos que con sus resultados tienen más sencillo y fácil recabar dinero de patrocinios… y tal como se dice que se estructura la elección de beneficiarios–tres puntos por título de constructores, dos por el subcampeonato y uno al que completa el podio–, parece que sus posiciones son fijas e irremplazables en los próximos cinco o seis años por lo menos.

Por ejemplo, McLaren y Williams perderán el bonus que ahora reciben en la primera columna. Para los de Woking, un contratiempo y para los de Grove no diré que sea un drama –la cantidad de su bonus es pequeña– pero si un hándicap importante.

Está claro, sin embargo, que los equipos pequeños recibirán una cantidad notablemente alejada al techo presupuestario, tanto virtual –es decir los 175 millones– como el presupuesto total que comprende tanto los 175 millones con los gastos de marketing, pilotos, logísticos y el salario de los tres primeros ejecutivos, que podría estar por encima de los 200 millones.

Es cierto que Liberty puede aumentar la cantidad a repartir si consigue mayores ingresos, pero no parece que esto vaya a suceder, al menos no de forma significativa… salvo que se aumente el número de carreras –una de las razones de excluir los costes logísticos del techo presupuestario–.

Difícilmente la cantidad cobrada superará el 50% del presupuesto real de un equipo… Que en buena parte de los casos no superará los 150-160 millones. Lo que falte deberán buscarlo en patrocinadores, pero los precios que están dispuestos a invertir las grandes empresas van a la baja y es que las audiencias de televisión caen de forma dramática

En suma, las propuestas de Liberty me parecen poco ambiciosas. Han puesto el techo presupuestario a una altura inaccesible para más de la mitad de la parrilla. Se está muy lejos de lo que estos precisan y no hay, a priori, mucho más dinero a repartir.

En suma, sigue el círculo vicioso de la Fórmula 1. No ingresa lo suficiente para sobrevivir por sí misma y no se sabe muy bien de dónde conseguir más ingresos… así que está obligada a reducir gastos y ampliar calendario.

Los pequeños están dispuestos a aceptar la propuesta pese a todo. Es mejor que nada, pero quieren que el tema del reparto quede zanjado ya. No desean que de aquí a octubre, cuando esté el paquete de normas 2021 al completo –incluidas las técnicas– se pierde algo de lo suyo por el camino.