Los coches de Gordon Murray: el último, ¡un Alpine A110!

Podría pensarse en un ultradeportivo actual. Y sin embargo Murray ha elegido un coche que habrá sorprendido a muchos: uno de los nuevos Alpine A110, que parece sustituirá al Smart Roadster, aquel pequeño deportivo dos plazas que quiso hacer Smart, que usa habitualmente.

No me ha sorprendido su elección. Es más, la encuentro coherente con lo que defiende: más importante es la ligereza que el motor.

Hace unos años en Monza Gordon, que llevaba ya tiempo fuera de la F1, fue homenajeado por Martini. Y aprovechó la ocasión para acercarse al box del equipo BCN de GP2, en el que trabajaba su sobrino como ingeniero Frank Coppuck, hijo de Gordon Coppuck uno de los grandes ingenieros McLaren en la época de Bruce y Denny Hulme.

Con su tradicional aire de hippy, la camisa hawaiana y los auriculares en el cuello –era fan de The Beatles– llegó cuando yo estaba charlando con Enrique Scalabroni. Me dirigí a él para comentarle que me había sorprendido un artículo suyo en la revista, si mal no recuerdo ahora, CAR. En ella daba su personalísima visión del Salón de Tokio y decía que, para él, el mejor coche que había visto, el más innovador, era el Mitsubishi i. ese mismo que se vendió aquí en versión eléctrica y también como Peugeot Ion.

Hablamos de sus coches más allá de su McLaren F1 GT y me dijo que el coche del que estaba más descontento de todos los que había firmado era el Mercedes SLR McLaren "porque me impusieron demasiadas restricciones, demasiadas cosas derivadas del coche de serie… y saló un coche muy pesado".

Con el pasar del tiempo y viendo los trabajos que efectúa Gordon Murray Desing debo decir que, tanto el artículo como su respuesta a mi pregunta sobre el McLaren Mercedes, son absolutamente coherentes. Gordon se alineaba perfectamente con esa escuela que se ha dado en bautizar Chapman, que defendía que para obtener prestaciones no era necesario un motor muy potente sino un coche ligero.

Los diseños de Gordon Murray Desing van en sentido: simplicidad y ligereza, incluso para pequeños utilitarios. Pero no sólo eso: su garaje personal, su pequeña colección de automóviles, refleja ese sentimiento manifestado con muchos coches de dos marcas concretas: Lotus Elan, Elite, Cortina, etc, y los pequeños Abarth de Carlo Abarth: coches que, con motores de 850, 1.000 o 1.300 centímetros cúbicos la mayoría, conseguían grandes prestaciones en los 60 e inicios de los 70.

También BMW 700, Austin Sprite, un Abarth Zagato, Alfa Romeo Giulietta Zagato, etc. Una colección interesante y, sobre todo, de modelos relativamente económicos, en la que destaca un exótico De Tomaso Vallelunga, un pequeño deportivo de motor central del que había uno en Barcelona y del que me quedaba extasiado cada vez que lo veía en Mandri o el Paseo Bonanova.

Obviamente tiene algunos de los coches que ha diseñado y construido, entre ellos su primer coche de competición, una réplica del Lotus Seven de Colin Chapman con el que corrió en Suráfrica.

Eso no implica que no guste de los grandes coches. El Lamborghini Miura es uno de sus favoritos, pero no tiene ninguno.

Pero Murray defiende la simplicidad: sus proyectos actuales giran en torno a coches muy simples, gracias a una estructura iStream que el mismo ha diseñado, que resuelvan problemas de movilidad. La pequeña y simple camioneta OX, que pronto comenzará a venderse en India, es todo un ejemplo de ingeniería por su simple diseño y fácil ensamblaje.

Toda esta filosofía la aplicará a un deportivo que comercializará Gordon Murray Automotive. Pero mientras tanto espero impaciente ver rodar el nuevo TVR Griffith, el coche que permitirá renacer a la marca y en el que Murray ha tenido mucho que ver.

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