Espíritu de Montjuic, un evento de época

Día nublado, lluvia en algunos momentos y frío a primera hora. Un domingo un tanto perezoso para acercarse al Circuit de Barcelona-Catalunya. A pesar de las condiciones climatológicas, miles de personas invadieron las gradas de Montmeló para contemplar y fascinarse con aquellos monoplazas históricos con los que se corría hace varias décadas. Los jóvenes se deleitaban con coches que solamente habían visto en alguna fotografía y, a los más veteranos, les servía para revivir antiguas experiencias y mostrarse nostálgicos ante esos vehículos de competición.

Es evidente que las gradas fueron uno de los principales puntos de atención para el público, pero durante la jornada matinal el paddock también atrajo a muchos de estos visitantes. Los monoplazas dormían en esta zona mientras no competían y de tanto en tanto se podía escuchar algún rugir de motor. A pesar de todo, el paddock no solamente estaba invadido por todo tipo de vehículos, sino que también habían tiendas de coches en miniatura, todo tipo de merchandising, un circo para los más pequeños, simulaciones e incluso una zona de venta de turismos de calle.

© Jordi Gimeno

Por pista y el propio paddock se sucedían coches históricos como el Ferrari 250 GT SWS de Carlo Maria Abate o el Ferrari 512S de la Escudería Montjuich, éste último pilotado y liderado por José María Juncadella en competiciones tan emblemáticas como Le Mans o Daytona. Además, también tuvieron cabida los míticos Porsche de la época, mostrándonos modelos tan representativos como el 910 y 917. Marcas como Lancia en el ámbito de los rallys tampoco se quisieron perder la cita, tampoco el Renault 4/4, el Seat Ibiza Kit Car o el famoso Ford RS200 de Carlos Sainz. También se dejaron ver los modelos Sport de Renault, que también disputaban la Clio Cup durante el fin de semana. Vehículos de todas las categorías y para todos los gustos.

No obstante, uno de los vehículos que más nos llamó la atención fue el Ferrari 250 GTO, que tiene el privilegio de ser el coche más caro del mundo: 38 millones de euros se pagaron por él en una subasta en el año 2013. Un modelo que arrasó a nivel de competición en la década de los 60, donde consiguió tres campeonatos del mundo de forma consecutiva (1962-1964). Un bólido sencillo de conducir en comparación a sus predecesores, con un motor que contaba con 302 caballos de potencia y que alcanzaba una velocidad máxima de 280 kilómetros/hora.

A pesar del elevado repertorio de coches de época, uno de los aspectos que más nos llamó la atención fue la Renault Passion Experience, una actividad que impulsa la marca del rombo y que pretende acercar al público sus turismos de calle. Nosotros tuvimos la oportunidad de participar en este evento y conducir un Renault Clio Sport durante algunas vueltas; eso sí, no antes de asistir a una reunión informativa en la que nos dieron algunos consejos interesantes de conducción y la posibilidad de conocer más a fondo el vehículo que más tarde pilotaríamos. Un copiloto experimentado nos acompañó en esta experiencia y nos indicó cuando frenar, cuando reducir marcha o cuando acelerar a fondo. Sin duda, buenos consejos que nos sirvieron para ir exprimiendo el vehículo vuelta tras vuelta.

© Jordi Gimeno