Conclusiones tras Australia (IV): ¿Está Charles Leclerc en crisis?

Resta el problema de fiabilidad, que posiblemente esté encauzado, lo que no les librará de que Charles penalice otra vez antes de media temporada y que a Carlos acaben asimismo afectándole.

Por supuesto, está la presión sobre el equipo, pero eso no es un problema sino una enfermedad crónica que se debe soportar.

Sin embargo, Frédéric Vasseur tiene que lidiar con otro problema: Charles Leclerc. Y hacerlo en un contexto que no estaba en el guion. En Ferrari podían temer un enfrentamiento Leclerc-Sainz. El primero quiere ser número uno para tener las mejores cartas hacia el título y el segundo quiere ser campeón, para lo que debe superar al número uno del equipo.

Vasseur llegó mientras parte de la opinión publicada reclamaba el número uno para el monegasco. La realidad es que las posiciones se han invertido. Sainz tiene a estas alturas 20 puntos por seis de Leclerc, No es una diferencia concluyente, aunque tuvo mucha suerte Charles de que penalizaran a Carlos. Si eso no hubiera sucedido, el madrileño podría estar a 26 o incluso a 29 puntos delante.

Lo peor de todo es que en Australia Charles dio muestras de un cierto nerviosismo. Se vio superado por Sainz en la clasificación y cometió un tremendo error en el giro inicial. Posiblemente propiciado por las gomas frías, sí, pero el monegasco debía saberlo, no en vano en la clasificación los rojos se tomaban dos vueltas para poner en temperatura las gomas… lo que quizás impidió que estuvieran más delante porque había un cierto caos.

Un Sainz que pudo haberlo perdido todo cuando en la Scuderia, con el primer coche de seguridad, entró a cambiar gomas y poner las duras para ir hasta el final… una estrategia que quedó no neutralizada, sino despedazada cuando se decidió parar la carrera.

De golpe los rojos se encontraron con un coche fuera de carrera y el otro, fuera de los puntos. Australia parecía convertirse en una carrera ‘out’ para ellos.

Pero Carlos ‘sea ató los machos’ -como se decía hace tiempo- y comenzó a remontar posiciones. El Ferrari respondió: los cambios efectuados, más de ‘set up’ que por evoluciones, cuidaron las gomas duras, esas que tanto les habían perjudicar en las dos primeras posiciones. En apenas 15 vueltas, se había colocado ya tras Alonso.

El Ferrari no podía con el Aston Martin -de ahí que sea necesario evolucionar- en parte porque parte del ‘tratamiento pro gomas’ era añadir más carga al ala trasera a costa de la punta. Carlos jugó su única baza en la segunda resalida al intentar superar a Fernando al arrancar; lo logró, con contacto interpuesto… y a la postre fue una ganancia de posición pírrica. Hubo bandera roja por otros golpes detrás, entre ellos los de los dos Alpine, bandera roja y exigencia a devolver la posición… todo ello antes de que los comisarios dijeran la suya.

Vasseur ya sabe ahora que no habrá concesiones entre ambos y que Leclerc planea entre el nerviosismo de estar detrás de su compañero y la desilusión de ver como Ferrari parece incapaz de dar el paso que le permite luchar por el título.

La mejor prueba de ello fue el cabreo que mostró el monegasco en la clasificación, culpando al box de no haber avisado a Carlos que llegaba, aunque las cámaras on board mostraron que el madrileño en ningún momento le molestó.

“Estas tres primeras carreras han sido un desastre”, dijo Charles, que se mostro taciturno, cara seria, como si tuviera algún resentimiento.

Así que Vasseur tiene un problema: recuperar a Charles Leclerc. Un buen resultado será bálsamo para el monegasco. Pero si continúa acumulando reveses, ya sean por la mecánica o por errores, Ferrari, entre tanto, tiene un hándicap suplementario con el que no contaba en sus aspiraciones a conseguir ser el primero de los otros.