Análisis GP Brasil F1 2023 – El 'resurgimiento' de Aston Martin

Este fin de semana han vuelto, y no ha sido casualidad. Una semana antes de Brasil, Aston Martin sufrió de lo lindo en México, donde tocaron fondo, mientras que en Estados Unidos mostraron igualmente un rendimiento mediocre. En Brasil parecen haber encontrado el camino a seguir de nuevo tras tantos meses de sequía sin rumbo en el desierto. Pero, ¿qué han encontrado? Lo analizamos. 

VOLVIÓ EL AGARRE DEL ASTON MARTIN La oscuridad de Aston Martin comenzó hace unos meses en Austria, tras haber cosechado un segundo puesto en Canadá. Desde entonces el equipo británico comenzó a introducir novedades al monoplaza y mientras otros equipos hacían lo propio, los demás mejoraron mientras Aston Martin se encontró problemas inesperados. El mayor problema que se encontraron fue la pérdida de agarre mecánico del coche a bajas velocidades, algo que les ha costado meses recuperar hasta este fin de semana en Brasil.

Observando la comparación de la telemetría de Alonso y Norris de la clasificación, se puede ver cómo Alonso se mantiene muy cerca de Norris durante toda la vuelta, finalizando a tan solo 216 milésimas en meta. En la zona central se mantiene prácticamente en el mismo ritmo del McLaren de Norris, un sector que se caracteriza por curvas de media y baja velocidad donde el agarre mecánico es crucial para ser rápido. Así pues, muchos meses después, Aston Martin ha encontrado finalmente el camino a seguir tras haberse vistos inmersos en problemas con el agarre mecánico del coche. Veamos en algo más de profundidad y perspectiva cómo han podido conseguirlo. 

LAS ALTURAS DEL COCHE, CLAVE Los coches de F1 son muy sensibles a la altura a la que estén configurados según sus suspensiones, lo que comúnmente se denomina en ingeniería como 'Ride Height'. La altura de un coche se define por la altura a la que éste se encuentra del suelo en la parte delantera y trasera. Ésta influye muy significativamente en la aerodinámica y mecánica de los coches, ya que es crucial para que el conjunto del coche trabaje en armonía y por tanto se consiga extraer todo su potencial de forma óptima.

Idealmente, especialmente en F1, la mejor solución es utilizar la menor altura posible para generar la máxima carga aerodinámica posible con el suelo y difusor. Cuanto menor sea la altura, menor es la cantidad de aire que circula en el suelo del coche y por tanto más se acelera, por lo que se reduce su presión y debido a la diferencia de presiones se produce una mayor carga aerodinámica. Además, al reducir la altura, se rebaja el centro de gravedad, por lo que también se mejora la dinámica del coche y se vuelve más ágil y reactivo. 

Sin embargo, encontrar una altura ideal es una tarea que es habitualmente un gran desafío para los ingenieros de los equipos. Cuanto menor sea, mayor carga aerodinámica se genera, pero se debe encontrar un equilibrio con las suspensiones para que éstas también trabajen de la manera más efectiva posible para conseguir el máximo agarre mecánico de los neumáticos. 

Y aquí, muy posiblemente, es donde se encontraron los problemas de Aston Martin durante la temporada. Las novedades introducidas desequilibraron por completo el coche. Las nuevas piezas que se instalaron fueron principalmente aerodinámicas, por lo que para mantener el equilibrio aerodinámico y hacer que éstas funcionen se modificó la altura del coche y en lugar de mejorar, se perdió rendimiento al perder agarre mecánico. Dejaron de hacer trabajar de forma óptima los neumáticos, y es por eso por lo que en curvas de media y baja velocidad perdieron velocidad respecto a sus rivales. 

Encontrar una solución a este problema es un gran desafío. Para ello, se debe comprender adecuadamente el funcionamiento general del coche y de su aerodinámica, y cómo ésta afecta a la mecánica del coche. Mientras tanto continuaron con el desarrollo aerodinámico a lo largo de toda la temporada, pero nunca encontraron la solución a este problema para volver a ser competitivos. Las novedades a nivel aerodinámico funcionaban, ya que se aumentaba la carga aerodinámica, pero no conseguían optimizar el agarre mecánico.

En Catar y Austin continuaron introduciendo novedades en el suelo y fondo plano del coche. Tras estudiar los datos recopilados, los ingenieros de Aston Martin decidieron combinar las piezas de Catar y Austin en Brasil para ver si encontraban el rumbo de desarrollo adecuado tras tantos esfuerzos. Y, finalmente, el resultado fue positivo.  Al introducir este modificado paquete aerodinámico, el trabajo aerodinámico del monoplaza volvió a cambiar, y por tanto se debieron de ajustar las alturas para encontrar el equilibrio con las suspensiones y los neumáticos. Como se observa en los datos de telemetría, se ha conseguido volver a aumentar el agarre mecánico, por lo que las modificaciones han funcionado y esto indica que Aston Martin ha encontrado el camino de desarrollo a seguir, tras tantos meses. 

Así pues, esto demuestra la importancia y la sensibilidad de la altura de un monoplaza de F1. Son coches que están en constante desarrollo para ser mejorados, y al introducir nuevas piezas es posible que se produzcan cambios en el coche que desvíen el rumbo correcto de desarrollo. Por eso es tan importante estudiar bien todos los datos recopilados y entender cómo funciona el coche, y cómo los cambios afectan su rendimiento. Por ahora, Aston Martin está de vuelta.