El positivo de los positivos: ¡el alcoholímetro no pudo ni registrarlo!

"Señor agente, venía de coger agua fresquita". Eso es lo que le dijo el protagonista de la historia de hoy a la Guardia Civil tras someterse a un control de alcoholemia en el que dio positivo. ¿Por cuánto? No se sabe. Y no se sabe porque el alcoholímetro no fue capaz de registrar tal exceso.

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Los hechos han sucedido en la localidad coruñesa de Mesía, donde a las 12:16 horas de ayer la Guardia Civil dio el alto a este conductor en el kilómetro 8,5 la carretera AC-223, según informa La Voz de Galicia. Tan 'milagrosa' era el agua fresquita que venía supuestamente de coger que superó el límite máximo del alcoholímetro. Esto se debe a que los agentes llevan consigo un alcoholímetro de aproximación, insuficiente ante la gravedad del caso y razón por la cual tuvieron que reclamar la presencia de un vehículo que contase con un etilómetro, mucho más preciso y capaz de imprimir en papel el resultado de la prueba, cuyo resultado, por cierto, no ha trascendido.

Más allá de lo curioso del caso estamos ante una situación realmente preocupante. Al parecer, el conductor protagonista de esta triste historia era reincidente. Y no sólo una vez, ya que la Guardia Civil ha confirmado que le sorprendió en similares condiciones tanto en julio de 2018 como en enero de este mismo año. Según las autoridades, tiene un grave problema de adicción al alcohol, algo que no le impide conducir cada vez que le plazca con el riesgo que ello conlleva tanto para él como para todos los que se cruzan en su camino.