Porsche 914, lecho de fecundidad para Beyoncé

Sin duda, el 914 ha vivido mejores días. Apareció en 1969, fue el resultado de una colaboración con Volkswagen y Karmann que no acabó de buenas maneras. Ambas marcas necesitaban nuevos coches, Volkswagen un deportivo, Porsche un coche de acceso. Con el acuerdo de colaboración que mantenían, el proyecto parecía estupendo. Pero una serie de circunstancias personales en los cargos de ambas compañías, acabó complicando la sinergia, aunque ambos coches se produjeron: por un lado el Volkswagen Karmann, por otro el Porsche 914.

El Porsche tenía un diseño rompedor para lo que era la gama del momento, y usaba un motor central-trasero que en los primeros tiempos era el Volkswagen bóxer de 4 cilindros que usaba el Karmann, y que erogaba 79 caballos de potencia. Ese es conocido como el 914/4. Luego vino el 914/6, que ya tenía el 6 cilindros bóxer del 911 Targa, con 108 caballos.

El diseño no era feo, pero sí peculiar. El gran problema del coche era el precio, que al final se acercaba mucho al del Targa –con quien compartía el concepto del techo removible–. Aunque se construyeron un gran número de unidades en sus distintas versiones, el coche no pudo denominarse un éxito. Su producción cesó en 1976.

Eso sí, además de participar en muchas competiciones, como las 24 horas de Le Mans o la Targa Florio, tiene el honor de ser el primer coche de seguridad de la historia de la Fórmula 1, cuando durante el Gran Premio de Canadá de 1973, celebrado en el circuito de Mosport, tuvo que ser utilizado debido a los accidentes provocados por una climatología delicada.

Ahora se ve reducido a maceta gigante en la que se posa una estrella del pop en estado de buena esperanza. Una pérdida, ese 914 rojo.