Palou sigue segundo en la IndyCar y mantiene intactas sus opciones al título
El trompo y calada de motor de Alex Palou en el Gran Premio de Indianápolis pudo haber sido una ‘herida mortal’ a sus aspiraciones al Campeonato, pero finalmente ha quedado en un simple rasguño en la mejilla que, quizás, dejará alguna cicatriz, aunque eso no es el fin del mundo.
En la lotería que ha sido este Gran Premio de Indianápolis, ninguno de los grandes rivales de Palou ha resultado agraciado. Quizás al ver que el vigente campeón había perdido vuelta sintieron que podía llegar su momento y también fueron ellos víctimas de incidentes.
“Desafortunadamente no fue un buen día en la oficina. Un error muy doloroso después del increíble trabajo que hizo el equipo durante todo el fin de semana. Pero con muchas ganas de que llegue la edición 106 de las 500 Millas de Indianápolis”, ha dicho Palou.
Ni McLaughlin, ni Newgarden, ni Pato O’Ward han escapado de los caprichos del ‘Dios de la lluvia’, que se ha presentado de forma intermitente a lo largo de la prueba. Salvo Power, los más cercanos —McLaughlin y O’Ward — acabaron incluso detrás del catalán.
Así, Will Power se coloca como nuevo líder del Campeonato tras acabar tercero, con sólo 14 puntos de ventaja sobre Àlex Palou, que es segundo. Mientras McLaughlin está por detrás del español, a cuatro puntos y tanto Newgarden como Dixon están bastante más atrás, a 16 y 24 puntos respectivamente. Herta y O’Ward están justo atrás, pegaditos a Dixon.
El gran ganador de este Gran Premio es Herta, no sólo porque ha acabado primero sino porque los 53 puntos sumados —por 12 de Palou y O’Ward, 11 de McLaughlin o sólo cuatro de Newgarden — le colocan en la batalla por el título, que se le había puesto muy cuesta arriba.
No ha sido el trompo lo que ha hundido a Palou, sino el haber calado motor. Esos segundos adicionales perdidos le costaron el ser doblado. Y eso en Indycar es algo que condena, pues recuperar vuelta es casi imposible. Mucho más si tenemos en cuenta que algo más de la mitad de la carrera ha sido bajo el ‘reinado de las banderas amarillas’: sólo 56 minutos de las dos horas de carrera fueron con bandera verde, es decir, sólo 34 de las 75 vueltas. Si recuperar vuelta en IndyCar es tarea de titanes, hacerlo con tanta neutralización es simplemente imposible. Una lotería en una carrera con 362 adelantamientos para cambiar posición, lo que duplica el récord hasta la fecha, 190.
Y ahora, los pilotos están metidos ya de lleno en las 500 Millas. Con la esperanza de que no lloverá mientras se dispute la carrera, pues es un oval: a la primera gota de agua se detiene la fiesta. Eso sí, carrera importante quizás más por la gloria que por los puntos, aunque estos, al valer doble, tienen mucha influencia en el Campeonato.
