ACTUALIDAD

La multa a un anciano de 88 años reabre el debate sobre los conductores mayores

Rafael Alonso
18/07/2019 09:12

Los límites de velocidad están para cumplirlos, y especialmente si en nuestro permiso de circulación contamos con alguna restricción por cuestiones físicas. Sin embargo, un anciano de 88 años ha sido detectado cuando circulaba un 73% más rápido de lo que le está permitido. ¿Por qué se le permite circular si sus capacidades están mermadas?

En el marco de la segunda fase de la Operación Verano de la DGT, un anciano de 88 ha sido detectado mientras circulaba a 156 kilómetros/hora por una autopista de Ourense. Dicho así, puede parecer que la noticia no entraña mayor notoriedad, pues aunque se trata de una velocidad por encima de lo permitido –120 kilómetros/hora en ese tramo–, su infracción es algo relativamente común y se podría saldar con la pertinente multa y detracción de puntos.

No obstante, el hecho cobra mayor trascendencia si se tiene en consideración que el infractor, de avanzada edad, tenía limitada la velocidad máxima a la que puede circular a 90 kilómetros/hora, y únicamente puede conducir en un área restringida a 20 kilómetros alrededor de su domicilio.

Esta limitación se fundamenta en que el anciano en cuestión tiene mermadas sus capacidades físicas, algo completamente comprensible, pero que agrava el hecho de que circulase un 73% por encima de lo que le está permitido. Así las cosas, es sencillo llegar a pensar que si no se tienen plenas capacidades para conducir, lo más sensato es no hacerlo, pero esta es una realidad que no se cumple en muchos casos.

En España hay más de 33 millones de vehículos a motor –si incluimos turismos, motocicletas vehículos pesados y agrarios– y casi 27 millones de conductores, con edades que comienzan a los 15 años –los menores con licencia para circular en ciclomotor–, pero que se extienden hasta más allá de la jubilación, llegando a los 90 años en algunos casos. 

Para renovar el carnet de conducir –cada 10 años hasta los 65 y cada cinco a partir de ahí–  únicamente es necesario superar una sencilla revisión médica en un centro especializado, lo que deriva en que algunos conductores de avanzada edad superen las pruebas aún cuando sus capacidades físicas ya no son óptimas.

Todos conocemos casos de personas mayores que conducen de manera errática o poco fluída, y éstos, conscientes de sus limitaciones, por lo general circulan despacio para evitar riesgos y tener una mayor sensación de control. Tal vez algunos conductores puedan pensar que estos usuarios de la vía no debería estar habilitados para transitar por la vía pública con vehículos a motor, pero lo cierto es que lo hacen, y en el 23,5 % de los accidentes de tráfico –según datos de la DGT– se ven involucrados conductores con más de 65 años.

Esto no significa que se deba retirar el permiso de conducir a todos los individuos en el momento de su jubilación o que todos los conductores de avanzada edad estén incapacitados para manejar vehículos a motor, pero tal vez si deberíamos revisar el sistema por el cual se prolonga el permiso para conducir, y ser más exigentes con las capacidades que se deben tener para hacerlo; los ancianos y cualquier conductor.