Las Zonas de Bajas Emisiones han llegado para quedarse y crecer

Sólo en determinados supuestos los Ayuntamientos podrán reducir o dejar sin efecto una ZBE. Pero no estará en su mano, sino que deberán someter la propuesta de modificación ya sea a la administración central o la autonómica, según quien tenga la competencia medioambiental.

Pero hay más. Todos los Ayuntamientos de ciudades con más de 50.000 habitantes deberán establecer obligatoriamente limitaciones medioambientales a partir de 2023, así como impulsar la movilidad eléctrica compartida y a poner en marcha una plataforma de internet donde se indiquen los puntos de recarga.

Se admite que el 25% de las emisiones de gases con efecto invernadero son producidas por el tráfico, un tercio de ellas se producen en el entorno urbano. Y es además el principal causante de emisiones de NOx, gas que no provoca efecto invernadero, pero es pernicioso para la salud.

Sería razonable esperar que las normas fuesen idénticas para todas las ciudades. Éstas, obviamente, deberían delimitar las ZBE, pero la restricción, la forma de gestionar el ‘tú entras, tú no’ sea general. Y que se pacte una forma de anunciarla común para todos.

También sería deseable que esta normativa estableciera los criterios para que el comprador tenga una idea de como evolucionarán diversos impuestos, como el de circulación, ya que en el ánimo de muchos ayuntamientos está el de gravarlos según el consumo o las emisiones de CO2 y el combustible que utilicen. Es la mejor forma de que los clientes sepan el coche que les interesa comprar y puedan hacerlo sin temor a errar la elección.

Por el momento se mantiene 2040 como fecha del fin de las ventas de motores térmicos, aunque tras el anuncio de Boris Johnson de que Gran Bretaña adelantará la fecha a 2035 o incluso 2032 puede hacer que la fecha se adelante en toda Europa.