PRIMERA PRUEBA

Gama Maserati 2018: brisa electrónica

12/07/2018 09:50

La gama Maserati ha recibido un soplo de viento fresco en forma de pequeño rediseño estético, actualización electrónica y acabados revisados. Los probamos en carretera y rematamos la experiencia a bordo del trimarán Maserati Multi 70, a las órdenes del prestigioso velista Giovanni Soldini.

Los Maserati son coches Premium con un punto extra de 'magia', quién sabe si por su diseño, por su origen italiano o por la sonoridad de sus mecánicas. Lo curioso es que su historia y el halo de exclusividad que les rodea puede incluso haberles causado un efecto negativo en sus cifras de ventas más recientes –pese a que son las mejores en la historia de la marca–: es difícil ver un Maserati y no acordarse del 250F con el que Juan Manuel Fangio ganó el Mundial de Fórmula 1 en 1957. "Pero yo no tengo boxes ni un equipo de mecánicos en casa", es la reacción natural.

Sin embargo, ni hoy en día necesitan tantos mecánicos –su fiabilidad ha aumentado exponencialmente en los últimos 20 años, especialmente desde la jubilación del Cambiocorsa–, ni tampoco sus precios están en otro planeta si se comparan con los de las marcas premium alemanas que, sin duda, son su objetivo en el apartado comercial.

Maserati Levante, Ghibli y Quattroporte   © Mikel Prieto

 

Con un elevado porcentaje de ventas en planes de renting o leasing, y un usuario mayoritariamente dueño de empresa o profesional liberal, es una marca todavía por descubrir para muchos potenciales compradores que hasta ahora han preferido el dignísimo ‘sota, caballo y rey’ pero no han tenido todavía la ocasión de conocer el encanto del Tridente. Y quizá sea por mi italofilia, pero merecen una oportunidad, y las tasas de fidelización de sus clientes en la última década también apoyan esa postura.

Claro que para eso hace falta un buen producto y una buena promoción. Éstos son los pilares del evento Drive&Sail Valencia, donde vimos los esfuerzos de Maserati en ambos frentes. Por un lado, el del producto, los modelos más vendidos de la casa de Módena, el SUV Levante y las berlinas Ghibli y Quattroporte, han recibido un conjunto de mejoras, tanto estéticas como de acabado interior y, sobre todo, de equipamiento tecnológico. En cuanto a la promoción, el encuentro con el Tridente en la ciudad del Turia tuvo una segunda parte muy interesante: subir a bordo del Maserati Multi 70, un trimarán capaz de superar los 46 nudos con la única ayuda de la aerodinámica y una tripulación experta capitaneada por el afamado skipper Giovanni Soldini. ¿Cuántos alcanzamos en los alrededores de la Marina Real de Valencia? Sigue leyendo.

Giovanni Soldini con los Maserati Levante, Ghibli y Quattroporte   © Mikel Prieto

 

STRADA FACENDO

La evolución de la gama Maserati en este 2018 es coherente con su mix de ventas, dominado en España y Portugal con un 66% por el SUV Levante, seguido con un 22% para la berlina Ghibli y rematado con un 9% para la berlina de representación Quattroporte y los deportivos GranTurismo y Gran Cabrio, que se llevan el restante 3%.

Todos los modelos de la casa modenesa tienen ciertos rasgos en común: son muy bonitos –incluso ganan al natural– y su precio está en línea o por debajo de la competencia directa por potencia, lujo y tamaño. Su nivel de acabados, terminaciones y ajustes es muy bueno, aunque quizá aquí sí están un paso por debajo de los alemanes en este apartado. Las gamas son equilibradas, al menos para sus clientes potenciales, así que Maserati se ha centrado en mejorar el aspecto donde quizá flaqueaba más, el equipamiento tecnológico que se ha empezado a popularizar merced a las exigencias legales y la venta en masa de sistemas de las grandes empresas especializadas.

Concesionario Maserati en Valencia   © Mikel Prieto

 

En este sentido, el Levante ya incorporó en 2017 sistemas como la advertencia de tráfico cruzado trasero, el control de crucero activo, los radares y cámaras de visión 360 grados, y el avisador de colisión frontal con asistente automático de frenada de emergencia. Además, en la versión 2018 ahora incorpora el mantenimiento automático de carril, el detector de ángulo muerto, el reconocimiento de señales o el asistente de conducción en vías rápidas desarrollado por Bosch y que otorga al coche un nivel de autonomía 2. Felizmente, estas características son comunes con el Ghibli y el Quattroporte. También lo es el nuevo sistema de Infotainment de pantalla táctil y compatible con Apple Carplay y Android Auto. Es una de las primeras novedades que saltaron a la vista cuando nos subimos a la gama entera en la Marina de Valencia. La pantalla no tiene el contraste de otras ni la precisión de tacto de algunas de sus rivales, pero los sistemas multimedia funcionan bien y rápido, y la conectividad con los teléfonos es perfecta.

En el interior, las piñas de intermitencia están tomadas de modelos de Dodge en Estados Unidos, pero no nos molesta: compensan con creces las grandes levas fijas de aspecto metálico para cambiar de marcha. Por cierto, se mantiene el cambio ZF de ocho velocidades. Los hay más rápidos, pero sólo necesarios para clientes muy particulares y para coches concebidos para arañar décimas al crono en un circuito. No es el caso. A cambio, en los Maserati –y esto es indistinto del motor y el modelo, pese a su común condición de turboalimentados– se disfruta de un impresionante sonido mecánico, dentro y fuera del coche. El Diesel no lo parece en casi ninguna circunstancia, mientras que los gasolina son música celestial, simplemente. El motor más potente del Ghibli y el Levante –que es el segundo más potente del Quattroporte– ha ganado 20 caballos, hasta los 430. Por cierto, el Diesel homologa entre 5,9 y 7,2 litros a los 100, según modelo.

Maserati Levante, Ghibli y Quattroporte   © Mikel Prieto

 

Los tres modelos logran un equilibrio fantástico entre confort y rendimiento. La suspensión neumática adaptativa del Levante hace muy bien su trabajo. El Ghibli cambia de dirección rápido y con nobleza, mientras que el Quattroporte de 5,30 metros de longitud –para encontrar un coche más largo en el mercado debemos recurrir a un Mercedes Clase S 600 carrocería larga– parece al menos medio metro más corto a juzgar por sus reacciones en carretera. Son ágiles y veloces; no sabemos muy bien cómo lo consiguen, pero lo consiguen. Será la magia italiana.

Nos bajamos de los Maserati y, tanto en Ghibli como el Quattroporte, incorporan ahora el cierre de puertas 'Soft Close' como el Audi A8. Los faros son de leds y, atención, porque también hay sutiles cambios estéticos. El Levante toma rasgos del Alfieri Concept, el Ghibli estrena paragolpes delantero, parrilla incluida, mientras que el Quattroporte también incluye ahora entradas de aire mayores en el frontal. ¿Más cambios? Los acabados GranSport y GranLusso, que añaden detalles como una tapicería mixta cuero-seda –sí, has leído bien– con un tratamiento especial para resistir su uso e ideado por la prestigiosa casa de modas Ermenegildo Zegna.

Maserati Levante GranLusso   © Mikel Prieto

 

No es una estadística plenamente fiable, pero todos los propietarios de Maserati con los que SoyMotor.com tiene contacto nos han ofrecido informes muy positivos en cuanto a su fiabilidad, al nivel de cualquier otro coche de su complejidad y precio, o incluso por encima. La gama Maserati está fabricada en Italia al 100%. Los motores de gasolina salen directamente de la planta de Ferrari en Maranello, los Diesel son de Ferrara, concretamente de VM Motori. En cuanto a los coches, el Levante se produce en la factoría de Mirafiori, mientras que el Quattroporte y el Ghibli se fabrican en Grugliasco. Por último, en los cuarteles generales del Tridente ven la luz los GranTurismo y GranCabrio, tope de gama hasta el lanzamiento de su sucesor, el Alfieri.

Sólo nos queda hablar de precios. El Levante oscila entre los 86.900 euros del Diesel en configuración básica hasta los 121.800 del V6 de 430 caballos con acabados GranLusso o GranSport. En cuanto al Ghibli, su precio inicial es de 78.600 euros con el motor Diesel y los 117.700 con V6 gasolina de 430 caballos con tracción integral. Por último, el Quattroporte inicia su gama en 112.000 euros con mecánica Diesel y 192.000 equipado con el motor V8 de 530 caballos y acabados GranLusso o GranSport GTS.

Maserati Levante GranLusso y Maserati Ghibli   © Mikel Prieto

 

 

VELOCIDAD, TAMBIÉN EN EL MAR

Tras el contacto con los tridentes de carretera, cambiamos de medio. Del asfalto al agua, del Maserati Quattroporte al Maserati Multi 70, y del volante al timón… o a sus alrededores, ya que dominar los caprichos de un trimarán de récord no es algo que esté, ni de lejos, a nuestro alcance. Una lancha neumática nos llevó desde la dársena interior del puerto hasta el canal de entrada, donde esperaba majestuoso el Multi 70, quieto como un faro, con el mismísimo Soldini en pie para supervisar la operación. Cuando has dado la vuelta al mundo a vela en solitario y has salvado incluso a una rival en el camino, cuando has recibido la Legión de Honor francesa y eres oficial de la Orden del Mérito de la República Italiana, cuando sabes que un hombre puede serlo todo para otro en alta mar, desaparece la fanfarria para dejar paso al carácter.

Una vez situados en el triple casco del trimarán, Soldini y su reducida tripulación, de apenas tres personas para esta ocasión, salieron de puerto, primero con la ayuda de un pequeño motor… hasta que llegó la frase: "Spegni il motore", "apaga el motor". Desde ese momento, sólo sonaron el viento, el corte del agua con el casco central y el trabajo de los estudiadísimos 'foil' laterales. La velocidad se situó inmediatamente en los 20 nudos. Toda la superficie del Multi 70 está cubierta, como si fuera una tela de araña, por cabos y más cabos. Cada una actúa sobre un elemento de la embarcación: los timones, los 'foils' y distintos parámetros de la vela. Apenas la rotación del mástil tenía un mando hidráulico, cuya actuación resultaba atronadora en medio del silencio del mar.

Maserati Multi 70   © Mikel Prieto

 

El giro del Multi 70 se demostró mucho más rápido y eficaz de lo que esperábamos y, de hecho, llegamos a perder el equilibrio: "Quería que tuvierais una pequeña idea de las fuerzas que podemos llegar a sentir en competición", nos dijo Soldini, tranquilamente sentado en uno de sus puestos de mando –tiene dos completamente simétricos, en función del lado en el que se 'apoye' en su navegación–. El retorno al puerto fue aún más emocionante: alcanzamos los 32,5 nudos y, sobre todo, apreciamos la magia de este trimarán: prácticamente se alzó en vuelo, de modo que sólo el timón central y ocasionalmente uno de los 'foil' tocaba el agua. El sonido se volvió todavía más sutil, y sí captamos el ruido aerodinámico claramente. Pura armonía entre el agua y el aire. Soldini, con su piel quemada por años de navegación y sus manos rudas curtidas entre winches, cabos y timones, sonreía de pura satisfacción.

Como era de esperar con semejante despliegue de medios, llegamos a puerto sanos y salvos, con una cierta sensación de aventura, hasta que reflexionamos sobre lo que suponía un paseo de 40 minutos en comparación con una travesía trasatlántica de 38 días con sus respectivas noches. Lo que está claro es que Maserati ha dado en el clavo con esta acción promocional, que ahora se 'muda' a Barcelona y Porto Cervo, para terminar en Cannes el próximo día 16 de septiembre.

Maserati Ghibli SQ4 GranSport  © Mikel Prieto

 

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