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El Porsche 718 Boxster GTS, la Targa Florio y Ciccio Liberto

José Miguel Vinuesa
02/02/2018 18:34

Amanece en Sicilia. Un artesano dispone sus materiales para iniciar su trabajo, el mismo que ha realizado durante años con esmero y cariño. Tiene un encargo especial. Mientras tanto, en los valles resuena un motor que despierta los recuerdos de una carrera legendaria. Este es el homenaje de Porsche a Ciccio Liberto y a la Targa Florio.

A los mandos del nuevo 718 Boxster GTS, un modelo que cuenta con un cuatro cilindros bóxer de 2.5 litros del que se extraen 365 caballos, un conductor se sumerge en las curvas retadoras, en las rectas y paisajes de un lugar mágico. Se trata del circuito de la Targa Florio, la carrera creada en 1906 por Vincenzo Florio en las, por entonces, precarias carreteras  de su isla natal. Y no es casualidad que se elija este lugar, porque Porsche es quien más veces venció la prueba.

Fueron nada menos que once ocasiones, la primera en 1956 con un solitario Unberto Maglioli a los mandos de un 550A Spider. Y que se haya elegido un 718 Boxster para el vídeo no puede ser más acertado: las tres siguientes victorias fueron con un coche con esta nomenclatura. Hablamos de 1959, 1960 y 1963, año en el que comenzó una tiranía de la firma de Stuttgart en las carreteras de la Madonia: hasta 1970 inclusive, vencieron todas las veces excepto la edición de 1965, que fue a para a manos del Ferrari de Nino Vaccarella y Lorenzo Bandini. Para los lugareños, Porsche era el ogro, y así lo reflejaban con pintadas: ‘Porsche Kaput’. Y sin embargo, Porsche estaba en sus corazones.

Más todavía cuando en 1966, la firma decidió homenajear sus victorias creando una versión del 911 que denominó Targa, con el techo escamoteable, dejando los pilares B firmes. Un coche que también ha atravesado el tiempo hasta nuestros días, y creado un estilo de carrocería que sólo Porsche puede llamar Targa, pero que otros han copiado. Así que ahí está, un Porsche acariciando el que fue su territorio para llegar a un lugar, una zapatería artesanal.

Allí está Francesco Liberto, que ha terminado el encargo. Ciccio es un maestro del calzado de competición. Todo empezó a mediados de los años sesenta, cuando Ignazio Giunti le encargó unos zapatos para competir en la Targa Florio. Ciccio pensó que, en vez de coserlos, para hacerlos más flexibles y cómodos usaría sólo pegamento. El calor proveniente del motor hizo que se despegasen, lo que podría haber sido un desastre y el fin de este negocio para Ciccio Liberto. Pero aprendió de sus errores.

Cosidos uno a uno a mano todavía hoy, hechos a medida del cliente. Como en el famoso caso de Vic Elford, en 1968, el cual encargó unos botines a Ciccio. Pero a Elford le habían amputado el pulgar del pie derecho, así que necesitaba un calzado especial. Liberto hizo uno de talla 44 para el izquierdo y de talla 42 para el derecho, pero con dimensiones de talla 44. Elford ganó aquella Targa Florio recuperando veinte minutos a la pareja formada por Ignazio Giunti y Nanni Galli.

Su fama se hizo mundial, y desde su pequeño oficio en Cefalú, un pueblecito pesquero de Sicilia, le llegaron encargos de casi todos los pilotos del mundo: Jacky Ickx, Mario Andretti y una larga lista. Pero sobre todo, la petición oficial de Ferrari en 1976 de surtir a sus pilotos en años venideros, Niki Lauda, Clay Regazzoni, Carlos Reutemann, de sus famosos, probados y personalizados calzados de competición. Enzo Ferrari le agradeció su colaboración tras el título de 1977. Así que el gran Ciccio sólo puede sonreir cuando le devuelven una de sus botas para reparar porque la suela está desgastada de tanto acelerar.

Ciccio Liberto todavía hace calzado para pilotos o equipos, y aún se le pueden encargar. Tardará entre 8 y 30 días en tenerlos listos. Y aunque el negocio es familiar, esa artesanía se está perdiendo poco a poco. Igual que las carreteras del que fuera circuito de la Targa Florio se desmoronan ante la impasible dejadez de mantenimiento. Antes de que sea tarde, Porsche rinde homenaje a quienes tanto les han dado.