DTM: ¿punto y seguido o punto final?

El paso, más que voluntario, es obligado. Tras la retirada de Mercedes a finales de 2018 y el efímero paso de Aston Martin en 2019, Audi anunció su retirada a final de temporada y la posibilidad de que entraran equipos privados para la gestión de los coches actuales se reveló económicamente inviable.

Berger e ITR, la sociedad promotora, saben que el DTM ya no será nunca igual. Que ha fallecido víctima de la 'obesidad' de sus presupuestos, es público y notorio. Que cambiar a los GT era la única forma de supervivencia a corto plaza. Pero Berger no quería una serie competidora de las GT World Series, el WEC, etc, sino una serie de carreras de velocidad con un solo piloto y profesional. También necesitaba coches más espectaculares que los GT3, tan extendidos.

Inicialmente pensó en suprimir las ayudas al conductor, como el ABS o el control de tracción. También algo más de potencia y quizás una aerodinámicas más elaborada. Las marcas simplemente se negaron. Aunque algunas de ellas corren de forma oficial o apoyan a algunos equipos, no querían afrontar una inversión específica que no podrán rentabilizar vendiendo a los pilotos privados. Tampoco desean una participación oficial directa. Y está claro que los equipos privados, cuya financiación dependerá en buena parte de los patrocinios no podrán pagar los mismos emolumentos a los pilotos

Así que Berger se tiene que conformar con aceptar las reglas GT3 tal como están escritas, con la presencia de equipos privados y los pilotos verán reducidos sus emolumentos.

Es muy probable que la categoría siga siendo un gran espectáculo, pero no será lo mismo. No serán coches exclusivos, únicos, de tecnología avanza.

Por eso creo que este es un punto final. No de un capítulo -que también- sino de una obra. Es posible que el nuevo DTM siga siendo espectacular y que encandile, pero no será un nuevo capítulo sino una nueva obra. Esperemos que, al menos, se consolide y perdure.