CURIOSIDAD

Misterio: un Daimler enterrado en tu jardín

José Miguel Vinuesa
13/04/2018 09:25

Rue du Felconte, en la pequeña isla británica de Guernsey. La propietaria de la casa, Tracy Ward, y su padre, Brian Russell, se disponen a realizar labores de mantenimiento del jardín. Sin embargo, al aplicar los distintos utensilios de jardinería, un elemento metálico les impide trabajar con facilidad. Tras escarbar un poco más en el terreno, descubren los restos de lo que se cree que fue un Daimler de los años 1940 o 1950.

La casa la habían adquirido en noviembre del año anterior, pero en ningún momento le advirtieron de que su jardín era el cementerio de un coche. Al principio pensaron que habían encontrado los restos de un tractor, debido al hecho de que el extremo del jardín había sido previamente parte de un campo de cultivo. Hubiera sido igualmente extraño.

Pero conforme avanzaron, se dieron cuenta de que eso no era un vehículo agrícola: un chasis oxidado, marcos retorcidos de ventanas de metal negro, tapicería de cuero rojo oscuro en descomposición y vidrios rotos, todo lo cual confirmaba que habían descubierto los restos de un automóvil. Y más aún, emergió como un fantasma el bloque motor, la caja de cambios, incluso el parachoques delantero y la matrícula: GUK 880.

Poco se ha podido saber del automóvil, salvo que se trata de un Daimler, gracias a la matrícula y una placa de identificación en la caja de cambios. Pero no pueden adivinar el modelo con certeza, si bien todo les lleva al DB18 Consort, un modelo fabricado entre 1939 y 1953, y que precisamente en 1949 se conoció sencillamente como Consort. Contaba con un motor de 2.5 litros y seis cilindros en línea con 70 caballos, y se caracterizaba por ser un coche elegante y lujoso, hasta el punto que Winston Churchill encargó uno.

Es algo extraño. Las hipótesis de algunos historiadores locales sugieren que el dueño del vehículo dejó de lado la restauración, y lo usó como elemento de cimentación del jardín, cubriéndolo además con rocas.  Era bastante común en aquellos tiempos que los vehículos deteriorados o abandonados se dejaran en el jardín, o en un lugar descampado. Incluso enterrados, como también ocurre en la zona con baños, fregaderos o elementos similares.

Tracy Ward, sin embargo, quiere saber de quién es el coche, y ha publicado sobre el mismo en las redes sociales, diciendo: "si es de interés para cualquiera, nos gustaría que vinieran y se lo llevasen. Si no se reclama, es probable que se vuelva a enterrar o se lleve al depósito de chatarra". ¿De quién es este misterioso Daimler? ¿Qué pasó con él? Quizás nunca lo sepamos, o quizás una noche, la Sra. Ward escuche psicofonías de motores. Iker Jiménez debería ponerse manos a la obra.

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