DAKAR

Así será el Toyota Hilux DKR de Fernando Alonso

20/08/2019 11:57

¿Cómo es el Toyota que pilotará Fernando Alonso en el Dakar? El coche todavía está en ejecución, pero se cree que el Toyota Hilux DKR de 2020 será básicamente casi igual al coche ganador del pasado año, con algunas pequeñas evoluciones y las necesarias adaptaciones para correr en Arabia.

Es cierto que el Dakar 2019 ha tenido mucha arena y el Toyota Hilux estaba preparado para ello, pero este componente tendrá aún más protagonismo este año. Pero los cambios sustanciales vendrán dictados porque en Arabia no se enfrentarán a las altitudes andinas, que hacen perder notable potencia, y porque a priori hará mucho más calor, lo que obligará a cuidar mucho la refrigeración de los vehículos.

Para estos cambios, Toyota gozará de un guía de excepción. Nasser Al-Attiyah debe conocer perfectamente las zonas por donde se disputará la prueba y a buen seguro aportará una información muy interesante sobre el particular.

A priori, Toyota conserva la tracción a las cuatro ruedas. Esto hace el coche sea más pesado, tenga menos recorrido de suspensión y no pueda gozar del sistema de hinchado y deshinchado automáticos. Seguro que Toyota habrá valorado la posibilidad de pasarse al 4x2, pero por el momento no parece que vaya a hacerlo, aunque cabe recordar que en 2016 valoró el hacerlo cara al 2017.

Ya lo dijimos en su día cuando Fernando realizó su primer test en Sudáfrica que 'Nando' iba a encontrar muchas diferencias con respecto a lo que estaba acostumbrado. Los cambios más espectaculares que notará no están sólo en la potencia del motor –aunque los 350 caballos de potencia del Hilux contrastan con los 1.000 de la F1 o del Toyota TS050 de Le Mans– sino en el peso del monstruo –sobre las 2,5 toneladas en los inicios de etapa–, la altura del centro de gravedad y un recorrido de suspensiones de 25 centímetros en lugar de los apenas dos o tres centímetros, cuatro a lo sumo, de los bólidos que usaba en los circuitos.

Este Toyota Hilux DKR sólo tiene de original el logo y los pilotos delateros y posteriores. El motor es asimismo de origen Toyota. Pero todo lo demás ha sido realizado ex profeso para el vehículo de competición en Sudáfrica y Europa.

La elección de Sudáfrica no es un capricho. Allí existe un potente campeonato de raids y Toyota tiene una fábrica. Toyota Gazoo Racing South Africa ha realizado un chasis multitubular, con el motor colocado en posición central delantera, lo más atrasado posible, pero delante de los pilotos. Es importante para centrar masas, pero también para intentar minimizar la tendencia a 'picar el morro' en los saltos de las dunas.

El habitáculo es una 'bañera' de fibra de carbono, mientras que la carrocería es asimismo de dicho material, con una silueta que recuerda a los Hilux.

El motor es un V8 atmosférico de 5 litros. Podría dar sin problemas más de 500 caballos, pero la brida de admisión limita la potencia a unos 350. Quizás se podría haber buscado algo más, pero en el Dakar se necesitan motores muy elásticos, con 'bajos' y con un consumo ajustado. Hay que tener en cuenta que en arena el consumo se dispara, mientras que lo ideal es tomar la salida con los menos kilos de combustible posibles.

El Toyota está ligeramente por debajo del peso mínimo, lo que le permite llevar una tercera rueda de recambio a modo de lastre. El peso de las ruedas es considerable, pero en un Dakar es muy fácil pinchar, especialmente si después de una duna y ante la perspectiva de afrontar otra en un par de kilómetros hace que no se pare a inflar y desinflar neumáticos.

Para Alonso habrá diferencias en el pilotaje. Por ejemplo, la posición es mucho más erguida. Tendrá que ir a vista en lugar, un poco improvisando… y teniendo que mirar tanto el espacio inmediato para no poner la rueda en un lugar inadecuado como a lontananza para adivinar los obstáculos que  pueda encontrar a 200 ó 300 metros.

Fernando iniciará una serie intensiva de test con el coche. Y también intentará tomar parte en algunas pruebas antes de afrontar el Dakar. No es un circuito, estará lejos de la zona de confort, tiene mucho que aprender. Debe compenetrarse con el copiloto, fiarse de él y fiarse de su vista. No es algo en lo que uno pueda aterrizar y colocarse el cartel de favorito desde el primer momento.