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Alemania encarecerá los carburantes para incentivar el coche eléctrico

23/09/2019 13:04

Angela Merkel anunció el pasado viernes unas drásticas medidas medioambientales, entre las que –obviamente– atañen también a las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes y por ende al mundo de la automoción. El objetivo, ser 'carbon neutral' en 2050.

El anuncio se ha produjo justo antes del inicio de la cumbre sobre el clima de New York, en lo que algunos ven como una medida de presión para que otros países sigan esta senda, otros una maniobra política para atraer el 'voto verde' y otros un testamento de responsabilidad política.

Merkel dio a conocer su medida apenas 48 horas después de que Mercedes –o el grupo Daimler– anunciara que detendrá el desarrollo de motores térmicos o que Audi confirmara que 20 de los 35 nuevos modelos electrificados que lanzará de aquí a 2025 serán totalmente eléctricos.

En pocas palabras, el camino hacia la electrificación es irreversible. Y que la fecha límite de matriculación de coches térmicos de 2040, anunciada por el Gobierno de Pedro Sánchez y matizado después, no es descabellada sino realista.

Las nuevas medidas germanas atañen a todos los sectores del transporte, incluida la aviación e industria. Representan un plan de 54.000 millones de euros hasta 2023 y más de 100.000 hasta 2030. Para financiar este ambicioso plan, se encarecerán los carburantes con una subida de impuestos o prima de emisiones que ejercerá un efecto disuasorio. Todo bajo el concepto de que quien contamina debe pagar.

La gasolina puede apuntar tres céntimos por litro de forma inmediata hasta llegar a los 15 céntimos en 2026, todo porque la tasa sobre las emisiones pasará de 10 a 35 euros por tonelada.

El plan no es sólo disuasorio. Viene acompañado con medidas de incentivo para provocar un cambio. Medidas que incluyen muchos aspectos –por ejemplo ayudas a cambiar las calefacciones domésticas– pero que incluyen desgravaciones a los medios de transporte públicos , ayudas a la compra de coches eléctricos, la puesta en marcha de una red de un millón de puntos de recarga, etc.

Por supuesto, los movimientos ecologistas han dicho que el plan es todavía demasiado tímido teniendo en cuenta que el objetivo es reducir las emisiones de CO2 en un 55%. La propia Merkel admite en el fondo que quizás sería necesario ir más lejos, "pero la política consiste en hacer lo que es posible".

En realidad, el problema ligado a la automoción no es un problema de la industria del automóvil, sino de un estilo de vida asentado tras 70 años de costumbre. Y el cambio difícilmente puede ser radical sin entrañar una crisis en el sistema. No sólo están en el punto de mira los desplazamientos en automóvil privado. También el turismo, incluidos los desplazamientos en avión –¿adiós a los vuelos 'low cost'? –, el mundo del transporte en general… y por tanto quizás una revolución industrial y de la distribución.

No descarten que, iniciado el camino, las medidas sean cada vez más duras e importantes si en 2021 no comienzan a aparecer los primeros resultados. Las 'viñetas' según las emisiones homologadas de CO2 están al caer donde no existen y a encarecerse donde estén ya vigentes.

¿Qué sucederá en España?  Debemos irnos preparando. Lo que hace Alemania acaba afectando a toda Europa y convirtiéndose aquí en imperativo legal.