Alemania acuerda con sus fabricantes 'reprogramar' 5 millones de coches Diesel
Tras una reunión de alto nivel llevada a cabo esta misma mañana, la Asociación de la Industria Automovilística Alemana ha decidido que 5 millones de coches de origen germano con motor Diesel tendrán que recibir obligatoriamente un nuevo programa informático con el objetivo de reducir sus emisiones. La mitad de los modelos afectados –2.500.000 vehículos– pertenecen a las distintas marcas del Grupo Volkswagen; BMW, Daimler y Opel también actualizaran el software de sus modelos.
La reunión, que ha contado con varias empresas del sector y altos cargos del gobierno alemán, ha centrado el foco en los automóviles clasificados en las categorías Euro5 y Euro6, donde más irregularidades se han detectado, en pro de reducir sus emisiones de óxido de nitrógeno hasta en un 30%. Según asegura el organismo, la medida busca lograr un descenso de emisiones similar al que se conseguiría con la imposición de limitaciones a la circulación de vehículos alimentados por gasóleo, lo cual todavía queda lejos del actual ecosistema vial.
Tanto VAG como Daimler, Opel-PSA y BMW Group ofrecerán con relativa premura un paquete de mejoras a sus clientes, que bajo ningún concepto, tendrán un coste para los usuarios de los vehículos en cuestión. Según ha indicado la VDA, esta reprogramación no afectarán a la potencia del motor, su consumo o su vida útil, si bien las modificaciones sí tendrán un coste de 100 euros por coche para las empresas. No obstante, los críticos de la industria automovilística sostienen que un nuevo software es totalmente insuficiente para lograr los nuevos estándares propuestos por Alemania.
Recordemos que la discusión sobre el Diesel surgió en Alemania después de que el 'caso Volkswagen', relativo a las alteraciones de algunos de sus modelos con dichas emisiones, saliese a la luz en Estados Unidos. Posteriormente y debido a una exhausta pesquisa por parte de varios gobiernos, se detectó que con los vehículos de otros fabricantes también había discrepancias entre las sustancias nocivas que se producían en los controles y las que realmente se generaban en el tráfico diario.
