Abuelo de 97 años descubre un Tesla: "No había visto nada así"
El mundo ha cambiado mucho en el último siglo. Desde las dos guerras mundiales que redefinieron la humanidad hasta el auge de la tecnología y la eclosión de la era digital, que nos permite seguir conectados con los nuestros en un momento como el presente. Es por eso que el testimonio de aquellas personas que han vivido más años nos ayuda a poner en contexto el largo camino que hemos recorrido como especie.
El abuelo de Zev Gitalis, un creador de YouTube, tenía 97 años cuando su nieto decidió regalarle una experiencia de copilotaje en el Tesla Model 3 que se acababa de comprar. Gitalis es un empresario del sector inmobiliario y reside en Toronto, en Canadá. El diálogo que mantienen es a la par entrañable y revelador porque ayuda a poner en contexto la magnitud de la transición que se avecina.
A menos que vivan al margen de la actualidad, sabrán que el coche está a las puertas de una revolución. La electromovilidad se abre paso y puede ser absoluta a mediados de siglo, y la tecnología de conducción autónoma es cada vez más avanzada. Tesla siempre ha ejercido de punta de lanza de esta revolución. De hecho, es ese liderazgo lo que le otorga aún a día de hoy una ventaja notable respecto a las marcas convencionales, que apenas han lanzado sus primeros modelos.
El vídeo está disponible con subtítulos en español.
La pureza de las reacciones del abuelo no difiere mucho del proceso de aprendizaje por el que pasarán todos los conductores la primera vez que se suban a un eléctrico. Desde la fascinación por la autonomía del vehículo hasta el asombro por el silencio de su motor y la rapidez de la entrega de su potencia.
Los dos se sientan en el salón de su casa para hablar de las prestaciones del coche. El abuelo se interesa por cómo se carga y admite su sorpresa cuando su nieto le cuenta que puede recorrer unos 500 kilómetros con la ayuda tan sólo de una batería eléctrica.
Luego llega la conducción en sí, que comienza con el asombro de descubrir que todo el vehículo se controla con una única pantalla táctil gigante capaz de controlar parámetros tan dispares como el navegador o el climatizador de los asientos.
"Antes de que nos alejemos más, esto no hace ningún ruido", dice el abuelo al poco de salir del garaje. Y su nieto le explica que, como es eléctrico, la entrega de potencia es más directa que en los vehículos tradicionales. Le regala un par de acelerones para demostrárselo.
"¡Necesitas un paracaídas! El coche tiene tanta potencia que te empuja el cuerpo contra el asiento", exclama en un momento dado. "Es como el futuro. Es como ver una imagen de cómo será el coche de aquí 100 años. Zev, nunca había tenido una experiencia así en mi vida. No recuerdo ver nunca cosas tan avanzadas".
Sus reacciones son mucho más comunes y naturales de lo que parece. De hecho, la mayoría de personas las sentirán la primera vez que conduzcan un eléctrico que les haga cuestionar si de verdad necesitan todavía un vehículo de gasolina. ¿Cuándo se producirá el cambio definitivo? Cuando su precio baje y la infraestructura de carga no sea tan limitada, dice la industria.
