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¿Por qué circular a 30 km/h puede traer problemas a tu coche?

17/05/2021 15:15

La semana pasada entraban en vigor los nuevos límites de velocidad en ciudad y os contábamos las nuevas multas por exceso de velocidad en entorno urbano. Sin embargo, esta reducción conlleva otros problemas, más allá del sancionador. Sin tener en cuenta que, a menor velocidad, las posibilidades de tener un percance por despiste son mayores, hoy nos queremos centrar en cómo afectarán a tu vehículo.

La incorporación de nuevas tecnologías en nuestros automóviles hace que nuestra vida con ellos sea mucho más cómoda y segura, además de respetar el medioambiente. A cambio, para poder cumplir con las normativas anticontaminación, cada vez más exigentes, se han instalado dispositivos que, si no se usan de manera correcta, pueden estropearse y costarnos muchos euros repararlo.

 

EL FILTRO DE PARTÍCULAS

Qué es:

Es un sistema que retiene y elimina las partículas que se generan en la combustión de los motores diésel y gasolina (los más modernos). Este dispositivo (conocido comercialmente como DPF, FAP o CAE entre otros) se empezó a instalar allá por 2006, va colocado en el tubo de escape y cuenta con un tamiz por el que han de pasar los gases de escape. Al llegar a esta zona, las partículas más grandes quedan retenidas y se destruyen o descomponen en partículas más pequeñas, mediante la incineración. Este dispositivo, que alcanza unas elevadas temperaturas para cumplir su objetivo emplea, desde hace unos años, un compuesto de urea (conocido como AdBlue) que ayuda a que se alcancen esas temperaturas de uso, mediante una reacción química.

El problema:

A bajas velocidades, el número de partículas que emite el motor es más elevado que en uso por autovía o a velocidades más altas. Esto hace que el filtro las empiece a acumular hasta el punto de que se obstruye y falla. No es que esté mal diseñado, sino que el sistema necesita estar caliente para funcionar de manera óptima y circulando a velocidades bajas, esto no se produce. Esa fue otra de las razones de que las marcas decidieran añadir depósitos de urea adicionales, para que, en uso urbano, ayudasen al sistema a funcionar bien.

Coste de reparación:

Dependiendo de la marca, una limpieza de filtro de partículas puede rondar los 200 euros. Ésta se realiza conectando un ordenador al coche con una secuencia de inyección predeterminada. Si tenemos mala suerte, y tenemos que sustituirlo, podemos hablar de un coste de 1.200 euros.

Nuestra recomendación:

Si eres una persona que utiliza mucho el coche en entornos urbanos o para desplazamientos muy cortos, de menos de 15 kilómetros, tienes más riesgo de sufrir este problema mecánico. Lo mejor que puedes hacer es, una vez, cada 15 días, hacerte una pequeña ruta de unos 35-40 minutos mínimo, en la que el coche vaya a una velocidad sostenida de entre 100 y 120 kilómetros/hora. No se trata de dar acelerones o de ir en marchas cortas para eliminar carbonilla del escape, sino de un funcionamiento estable sostenido en el tiempo. Esto permitirá al filtro de partículas  trabajar de manera óptima y cumplir con su función.

 

EL SISTEMA  DE RECIRCULACIÓN DE GASES DE ESCAPE O EGR


Qué es:

Es otro de esos sistemas que se inventaron para reducir las partículas producidas por la combustión y que es más viejo que el filtro de partículas. Se trata de un 'bypass', a través de una válvula, que mete parte de los gases que salen por el colector de escape de vuelta a la admisión. Al introducir parte de esos gases ya quemados, de nuevo en el motor, reducimos las partículas nocivas que salen por el escape a cambio de ensuciar este dispositivo.

El problema:

Al igual que el filtro de partículas, la avería más frecuente de este dispositivo se da por la acumulación excesiva de suciedad, que se produce circulando, sobretodo, a baja velocidad. Hemos de pensar que es como si se tratase del 'colesterol malo' que se va adhiriendo poco a poco a las paredes de las venas, reduciendo el paso de la sangre. Pues aquí sucede lo mismo. La suciedad se va acumulando en las paredes de la EGR, restringiendo el paso del aire hasta el punto de llegar a obstruir y agarrotar la válvula.

Coste de reparación:

Aquí va a depender mucho de si llevamos el coche a un taller oficial o a uno de confianza:

  • Si optamos por la primera opción, lo más probable es que lo sustituyan directamente, lo que puede suponer un coste de entre 600 euros a 1.000 euros dependiendo de la marca, modelo y facilidad de acceso a la pieza.
  • En el segundo caso, a veces, lo que se hace es desmontar la pieza, limpiarla, y volverla a instalar, porque no está rota la válvula, solo llena de suciedad. Aquí el coste dependerá, sobretodo, de la mano de obra por hora y de los materiales empleados para la limpieza y reparación. Si suponemos que la hora de mano de obra puede estar a unos 40-50 euros, que el tiempo de esta intervención puede ser de unas tres horas (entre desmontaje, limpieza y montaje) y que la reparación o limpieza no suponga más de 50 euros en material, hablamos de un coste estimado inferior a 200 euros. 

Nuestra recomendación:

A diferencia del anterior caso, aquí poco podemos hacer nosotros, aunque siempre hay prácticas que ayudarán a paliar sus efectos:

  • Es importante utilizar combustibles de calidad ya que, cuanto mejor sea la combustión, menos partículas se producirán. También ayuda un uso de las marchas correcto para conseguir el régimen de motor óptimo: Ir en marchas muy largas para ser 'muy eficiente' hará que nuestra mecánica no funcione de manera óptima, metiendo más porquería a la admisión.
  • Realizar un mantenimiento adecuado del coche, con los cambios de filtro en tiempo y forma, también ayuda a mejorar la combustión.

 

DESGASTE PREMATURO DE FRENOS Y EMBRAGUE

Reconozcámoslo, circular a una velocidad de 20 o 30 kilómetros/hora no es ni mucho menos sencillo. Sin contar con que el riesgo de accidente por distracciones se incrementa, también lo está el hecho de que otros elementos, en este caso mecánicos, se van a ver perjudicados. Mantener una velocidad tan reducida implicará un uso más constante de los frenos y la caja de cambios. Ambos elementos verán cómo su vida se acorta cuanto más circulemos por estas zonas.

El problema:

Como hemos mencionado, un uso más exhaustivo y constante implica que el ferodo de las pastillas se deteriore antes, los discos sufran más al no refrigerarse de manera correcta y el embrague de la caja de cambios no nos dure tanto.

Coste de reparación:

En este aspecto creo que todos los usuarios del automóvil tienen más o menos claro cuánto puede costar la sustitución de, al menos, pastillas y discos de freno. Siendo un elemento de desgaste frecuente, tanto talleres oficiales como grandes cadenas o pequeños talleres de barrio siempre tienen ofertas con paquetes cerrados. Un cambio de pastillas puede rondar los 100 euros y los discos alrededor de 400 euros, aunque lo mejor es que consultéis.

Otro cantar es el tema de las cajas de cambios. Cierto es que las cajas automáticas son más cómodas y prácticas en ciudad, pero no por ello están exentas de mantenimiento o reparación. En el caso de un cambio de valvulina y filtro para una caja de cambios podemos estar hablando de unos 200 euros a 300 euros mientras que la sustitución de un embrague supone un desembolso, por lo general, superior a los 1.000 euros. Hay que tener en cuenta que muchos modelos actuales disponen de un volante bimasa, que reduce las inercias y vibraciones producidas en el cambio. Su coste de sustitución es similar al del embrague, así que mucho ojo.

Nuestra recomendación:

En este caso lo más importante es siempre anticipar las maniobras para evitar frenazos bruscos o trabajar más sobre el embrague de lo estrictamente necesario. Intenta ir siempre en la marcha correcta a un régimen óptimo de revoluciones y presta mucha atención al entorno. Un buen mantenimiento y la adquisición de piezas de recambio de calidad ayudan a incrementar la seguridad y a alargar los tiempos de vida de los componentes. 


EL CALOR, OTRO PROBLEMA PARA LA CONDUCCIÓN A BAJA VELOCIDAD

Aunque os hemos presentado los elementos que más van deteriorarse con un uso en estas condiciones, no debemos de olvidar otros factores, presentes sobretodo en grandes ciudades que pueden hacer que nuestro coche se dañe.

En caso de ciudades grandes como Madrid o Barcelona, con muchas calles estrechas, hemos de tener en cuenta el calor en verano. Y lo decimos porque los motores necesitan una buena refrigeración para poder trabajar de manera óptima. Es cierto que los automóviles actuales tienen sistemas de refrigeración muy buenos que les ayudan a funcionar correctamente, sin embargo esto no quita para que prestemos atención al mantenimiento del coche, empleando líquidos de buena calidad y revisando periódicamente los niveles.

También hemos de tener en cuenta que el filtro del aire se tupirá de suciedad antes en espacios donde no exista una buena circulación de aire y, para eso, las callejuelas de las grandes ciudades son una fuente de problemas.

Y hablando de esto último, sobre todo para aquellos que dispongan de vehículos refrigerados por aire, debéis de tener en cuenta que la baja velocidad incide directamente en el rendimiento de vuestro vehículo. Cuanto más calor hace, la densidad del aire se reduce, lo que implica menos cantidad de oxígeno y una peor combustión. Algunas motos o coches, como el Volkswagen Escarabajo antiguo o un Porsche 993 se refrigeran por aire. Si circulan por calles estrechas, en las que hace mucho calor, deberán de vigilar la temperatura de sus motores para no sufrir una avería. Y es que la velocidad ayuda no solo a que entre más cantidad de aire en el motor sino a que su tempera se reduzca algo, mejorando la refrigeración.