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Marangoni Giulietta G430: ejemplar irrepetible directo al corazón 'hot hatch'

18/12/2021 11:00

A lo largo de la historia del nicho de los ‘hot hatch’ hay modelos legendarios, pero también quimeras únicas que hubiesen añadido más picante al delicioso cóctel de este segmento. Este Alfa Romeo Giulietta fue un ejemplar único concebido con propósitos publicitarios, pero no por ello prescindía de modificaciones que lo convertían en una bomba.

Para comenzar tal vez sea necesario aclarar que este modelo no se encuentra a la venta –ni lo estuvo en su momento–. Es más, el Alfa Romeo Giulietta dejó de fabricarse en 2020 tras 10 años de producción y 469.067 unidades producidas. El ejemplar que nos ocupa hoy data de 2010 y por curioso que sea, el responsable no fue una empresa de 'tuning', ni una escudería de competición, ni siquiera la propia Alfa Romeo… si no una empresa de neumáticos.

En el Salón del Automóvil de 2010, Marangoni desvelaba un Alfa muy especial que calzaba su nuevo neumático M–Power iGreen en medidas 235/35 de 19 pulgadas y la banda de rodadura finalizada en un llamativo color verde. Se trataba de una de las primeras preparaciones sobre el compacto italiano, y una de las más prometedoras en toda su vida comercial: se bautizó como Marangoni Giulietta G430 iMove.

A nivel estético, se adoptó un frontal inspirado en el Ferrari F430 y un difusor trasero integrado en el paragolpes, todo llegado a cabo por la empresa especializada TRC Italia. Contaba con elementos en fibra de carbono como la carcasa de los retrovisores o las faldillas laterales. La pintura elegida fue un gris antracita en contraste con un verde ácido, a imagen de la marca.

Mecánicamente, los cambios en el motor de 1.750 centímetros cúbicos incluían un nuevo turbocompresor, sistema de escape de la marca Ragazzon terminado en fibra de carbono con salida doble y el recalibrado de la centralita. Con todo ello, la potencia ascendía a los 286 caballos. Para ponerlo en contexto, la variante QV de este modelo, la más prestacional, se quedó en 240 caballos, mientras que el Ford Focus RS coetáneo no se quedaba muy lejos, con 305 caballos.

Por supuesto, el equipo de frenos debía mejorarse, para lo cual acudieron a unos Tarox de material compuesto y 360 milímetros mordidos por pinzas de nada menos que 10 pistones. La suspensión corrió a cargo de KW, quienes rebajaron la altura del conjunto en otros 40 milímetros.

Ya en el habitáculo, el esquema cromático entre el verde ácido y el gris continuaba en la tapicería de Alcantara de los asientos delanteros y terminaba coronado por el panel de instrumentos enmarcado en fibra de carbono. Sin embargo, lo más llamativo de todo, incluso a día de hoy, era el patinete eléctrico Segway i2 con 38 kilómetros de autonomía que encontraba su sitio en el maletero, así como el iPad que lo acompañaba.

El modelo quedó como un ejemplar único concebido con motivos de marketing, un ejemplar prometedor y con mucho potencial que la propia Alfa Romeo no se atrevería a lanzar, quedándose el Quadrifoglio Verde de 240 caballos como el tope de gama del modelo cuando llegó en 2014.