Y Mari Boya sacó su fusil

Una victoria que indica que Mari ha vuelto a la buena senda en una temporada que estaba siendo difícil, en la que solo en Australia las cosas habían ido por buen camino y logrado un poco, también en la carrera sprint.

Ganar es importante, claro. La forma en que lo hizo todavía más, aunque en ello ayudará el incidente de los dos pilotos de MP Motorsport en la vuelta 3, cuando mandaban la carrera. 

Inciso. Muchos se sorprenderán del ‘toque entre compañeros’, inadmisible en F1, pero esto es F3 y en realidad hay pilotos que comparten equipo -o mejor dicho, infraestructura de asistencia- pero no cada uno se debe a sus patrocinadores, no son compañeros sino rivales… que coinciden llevando el mismo color de coche.

Volviendo a Boya. Sufrió porque Dunne tenía una ventaja clave, el DRS. En la recta posterior, eso le permitía mantenerse dentro del margen de un segundo, a la espera de la recta principal. Sólo en esta, recuperaba entre cuatro y cinco décimas. Pero Boya volvía a tensar el acordón rápidamente: en el curvone y Repsol recuperaba buena parte del terreno cedido en la recta principal. Y en el Estadio recuperaba el tiempo cedido en la recta posterior.

Carrera de acordeón. Los momentos más delicados fueron en los dos relanzamientos. El primero al finalizar la vuelta 8, el segundo, para hacer la última curva y entrada a meta, pasar bajo la bandera sin hacerlo tras el safety… que queda feo.

En el primero, aceleró pronto, muy pronto. Entró así a mayor velocidad en la curva de entrada a la recta, para evitar sorpresas al final. En el segundo, casi repitió jugada, aunque más tarde, pero sólo necesitaba conservar su ventaja hasta la línea de meta.

La clave del triunfo de Mari estuvo allí, en la entrada de la recta de meta, lo hacía a mayor velocidad que los rivales y se protegía del DRS de Dunne. 

Entre él y su rival, fue una carrera ‘de acordeón’… pero era él quien lo tocaba. Dunne simplemente escuchaba.