Vettel ni está ni se le espera

15/07/2019 15:30

La ilusión, la esperanza y la fe mueven montañas… pero se desvanecen y disuelven como azucarillo en un café cuando topan con la cruda realidad, cuando las promesas –o lo que la afición cree son promesas y expectativas– no sólo no se cumplen, sino que el camino emprendido va justo en dirección opuesta al objetivo.

Sebastian Vettel se enfrenta de nuevo a los fantasmas de 2014, cuando estaba en Red Bull. Era el líder, pero llegó Daniel Ricciardo y los que tanto le apoyaron para lograr los cuatro títulos anteriores se habían pasado al enemigo.

En Ferrari Mattia Binotto sigue apoyando a Vettel, al menos oficialmente, pero los tifosi ya han perdido la fe en el alemán y buscan desesperadamente entronizar a Charles Leclerc como nuevo emperador de Maranello.

Un piloto excelente, pero de moral un tanto frágil. Alguien que necesita sentirse querido y apoyado al 100% para sacar de sí mismo el 100%. Y obviamente esto no se da en Ferrari en estos momentos, como en el fondo no se dio en Red Bull en 2014. Y la prensa italiana ya ha puesto la proa al alemán: Vettel no es el piloto que Ferrari necesita, ni los tifosi quieren. ¡Visto para sentencia!

En otras circunstancias, Ferrari hubiera emprendido la enésima caza de brujas en el seno de su staff técnico, emprendido una reorganización o cambiado al jefe. Todo esto ya se ha hecho en la era Vettel y más de una vez. Es lógico pensar que ahora apuesten por el piloto… sobre todo porque los tifosi han identificado a Leclerc como su futuro campeón. Gran responsabilidad puesta sobre los hombres del monegasco.

Quizás eso explique la carrera de Vettel el domingo, dos toques, como si estuviera presionado, muy presionado, como si quisiera reafirmar su liderazgo a toda costa frente al imberbe Charles. Y el error con Verstappen fue de principiante en Fórmula 3 o F4. Un cero que hace pupa: Verstappen se le escapa y Leclerc le alcanza.

Es cierto. El ambiente en Ferrari es estos momentos debe de ser tan asfixiante como el de un alto horno o el núcleo de un reactor nuclear instantes antes de explotar. El problema no es Vettel, o mejor dicho: Vettel es sólo una parte del problema. La cruda realidad es que Mercedes se escapa cada vez más y Red Bull les está alcanzando.

Tan asfixiante que se habla de repescar a Simone Resta, a quien traspasaron a Alfa Romeo a finales de 2018 y se habla de centrarse ya en 2019.

Y entre tanto, Fernando Alonso espera. Tras una época de cierta locuacidad, pero sin dar pista alguna sobre su futuro, el asturiano calla… se declaró el día 6 en minivacaciones, aunque antes señaló o insinuó que la Fórmula 1 no entraba en sus planes 2020… pero nunca se sabe.

A Ferrari no le quedan muchos recambios para Vettel. Verstappen está descartado, su convivencia con Leclerc sería muy explosiva. Hamilton, ¿por qué va a cambiar ahora que acaricia igualar todos os récords de Schumacher? Y colocar a un gregario traspasando todo el peso a Leclerc sería quizás prematuro.

Y en todo caso, ¿qué sentido tiene hablar de pilotos si no tienes un coche a la altura?

De cualquier forma, los tifosi ya dan a Vettel por amortizado… y siguen la búsqueda de su nuevo Schumacher, olvidando quizás que Michael llegó junto a una limpieza total del staff de Maranello. No diré una purga de italianos, pero más o menos fue así. Es algo que hace años me dijo Joan Villadelprat de cuando llegó a Ferrari de la mano de John Barnard; no fueron lo bastante duros.

La realidad ahora mismo es clara: para los tifosi, Vettel no está ni se le espera, así que Vettel no tiene a nadie que le quiera y Mattia Binotto ya ha puesto, como dice el refrán, las barbas a remojar.

O en Maranello ocurre un milagro durante la pausa estival o el otoño será caliente, muy caliente.