Ross Brawn descarta aligerar los actuales Fórmula 1

Varios pilotos pedían coches menos pesados para mejorar las prestaciones y cuidar mejor los neumáticos. Entienden que lo ideal sería regresar a los 600 kilos de hace una década, que se han incrementado progresivamente hasta alcanzar los 735 en la actualidad. Un avance que parece contradecirse con el de los materiales y estructuras ligeras.

Brawn calificó de utópica esa petición, aunque es probable que en su alma de ingeniero le gustase poder aceptarla. Como hombre de poder, no puede hacerlo.

“¡Claro que nos gustaría que los Fórmula 1 fuesen más ligeros! Es evidente que los coches de ahora son muy pesados y no quisiéramos que fuese así. ¿Pero cómo se consigue? Nadie es capaz de explicármelo”, dice.

Para Brawn uno de los problemas reside en los motores. “Hay cosas que no se pueden cambiar. Tenemos unas unidades de potencia sorprendentes, impresionantes, muy potentes. Pero ocupan mucho más y pesan mucho más que los antiguos V6 o V8”.

Es cierto que el actual motor de combustión interna es sumamente ligero y pequeño, pero “todo el grupo es muy complejo; las baterías, los MGU-H y MGU-K, todo el sistema de recuperación de energía, el cableado y la centralita son muy pesados y ocupan bastante”.

La única solución para aligerar peso sería “prescindir de todo el sistema híbrido”, pero esa opción no es de recibo porque ni los motoristas quieren abandonarlo ni la FIA puede permitirse que la Fórmula 1 no tenga una cierta imagen verde. “Volver atrás en el tema para aligerar los coches dañaría la imagen de la Fórmula 1. Debemos convivir con ciertas necesidades comerciales de los motoristas”, señala.

Quizá quedaría la vía de recurrir a estructuras sofisticadas ‘matrix’ y a nuevos materiales’, pero está asimismo descartado porque comprometería los presupuestos de los equipos en un momento en el que todo el deporte aboga por contener los costes con un nuevo –y cada vez más próximo– techo presupuestario.