Roborace, o cuando el piloto se convierte en pasajero

Al menos durante las dos primeras temporadas el coche no será 'autónomo total', sino semiautónomo, y llevará piloto. Así lo ha confirmado Lucas di Grassi,  el piloto brasileño de Fórmula E y director de esta categoría: "Habrá un piloto en el cockpit, un conductor profesional que irá 'enseñando' a la máquina parte de la carrera. El resto será tarea de los algoritmos de aprendizaje automático o de un 'controlador AI'", señaló Di Grassi. 

Las razones de este cambio 'filosófico' están en las dificultades para programar las 'experiencias de rodar en pelotón'. "El ganador será el equipo que mejor interaccione la conducción humana y la autónoma", dijo Di Grassi, quien dio primavera como época del año en la que debe producirse el debut, a priori, en el marco de una prueba de Fórmula E y con al menos diez coches en pista.

No me extrañan estos cambios. Programar un coche autónomo es realmente complicado. Lo hemos podido comprobar con los test de conducción real que se llevan en nuestras calles. Los coches comercializados con sistemas automáticos más avanzados siguen requiriendo atención del conductor y han protagonizado espectaculares y graves accidentes. Los prototipos más avanzados circulan con un conductor al volante para reaccionar en caso de imprevisto. Sólo ahora Waymo, la marca de automóviles autónomos que quiere lanzar Google, acaba de obtener un permiso para probar sin conductor.

Y esto vale también para la Robocar. Hasta la fecha, los prototipos usados para el desarrollo de la Robocar de la categoría hicieron un par de demostraciones. En el primer caso, coincidiendo con una carrera Fórmula E, uno de los coches acabó con las vallas. Después han hecho una reciente demostración en Goodwood Hillclimb. El cambio, evidentemente, ha obligado a 'diseñar' un nuevo coche para esta primera temporada, denominada Temporada Alpha, que debe ser asimismo la base de coche de la segunda temporada. Los coches no serán totalmente autónomos, sino semiautónomos. Frente al 'puro y duro' mostrado como concepto inicial, los coches se asemejan mucho exteriormente a los actuales LMP2, tendrán cockpit y un piloto a los mandos.

La base del coche, el DevBot 2.0, es la misma que se usó para los primeros test. Se basa en un chasis de LMP2, con tracción trasera y propulsión exclusivamente eléctrica; dos motores eléctricos de 200 caballos, uno por rueda. Los coches estarán dotados de una carrocería específica y pesarán una tonelada.

Uno de estos pilotos será posiblemente Dani Clos. El barcelonés ha estado en Monteblanco esta semana efectuando una serie de test. "Buff. Esto de que te conduzca deprisa un coche de forma automática da un poco de respeto al inicio. Nada que ver con ser copiloto en un rally. El copi sabe que es un humano el que conduce. Afortunadamente los pilotos conservamos aquí un cierto grado de control, estamos prestos a tomar el mando si hay algún error o una situación imprevista", explicó Clos. Supongo que los primeros pilotos de avión tuvieron la misma impresión cuando comenzaron a emplear los pilotos automáticos.

Di Grassi tiene muy claro que no nacen para revolucionar el deporte del automóvil, sino para ofrecer una plataforma avanzada de desarrollo de la conducción autónoma y que, además, permitirá mostrar las posibilidades de la misma al gran público. Por eso, todos los coches serán iguales y los equipos deberán sólo desarrollar el software…. y predecir lo impredecible. Es lo que deben aprender en estas dos próximas temporadas, con los semiautónomos.

El piloto es la parte prescindible de un coche de competición

Confieso que tengo un sentimiento confuso ante la misma. Curiosidad tecnológica, de una parte; el progreso es imparable. Pero de otra un sentimiento de frustración… de que está llegando eso que un ingeniero me dijo un día, medio en broma, pero quizás más en serio de lo que ambos creíamos en aquel momento: "el piloto es la parte prescindible de un coche de competición".

Es cierto que los pilotos lamentan los errores de sus mecánicos e ingenieros, muchas veces de forma histriónica y espectacular. Pero los técnicos sienten la misma frustración cuando ven a través de la telemetría que el piloto no saca jugo suficiente a la máquina o comete errores que, en ocasiones, pueden tildarse de estúpidos.

Para los que crecimos cuando el coche de cada día se empleaba los fines de semana no para ir a la playa y hacer de 'dominguero', sino para correr, no es fácil asimilar ni el deporte virtual –Sim Racing– ni  el robótico –sin conductor–. En ambos casos se elimina prácticamente el factor riesgo en aras de un juego competitivo o una carrera de laboratorio. Pero son los tiempos que corren… No en vano ya hay quien habla o imagina el sexo ya no con muñecas/os hinchables, sino con robots.