Rally de Suecia: Latvala afronta su regreso a privado tras 15 años y con un piloto a su lado, Hänninen

Desde 2006 siempre ha sido piloto oficial. Una carrera longeva, 14 años, pero que no quiere dar ni mucho menos por acabada. Estará en Suecia, también en Finlandia, pero busca patrocinio para estar además en Cerdeña, Portugal y Gran Bretaña, pruebas de tierra donde puede brillar.

No me extraña este movimiento de Latvala. Es un ‘rallyman’, los rallies son su vida, su pasión. Tanto es así que cuando puede no duda en tomar el volante de su clásico Toyota Celica y disputar pruebas de rallies clásicos e ir de canto, como cuando los únicos sensores eran los pelillos del culo del piloto, se tenía que dosificar el acelerador en las aceleraciones y frenar el coche de lado porque la única unidad de control era el cerebro del piloto y los ‘actuadores’, los dos brazos y los dos pies.

A muchos les habrá sorprendido más el hecho de que su copiloto sea Juho Hänninen, otro excelente piloto aunque su carrera se haya quedado en los WRC2. El hecho de que Hänninen, un piloto que fue campeón de Europa en 2012, pase a ser navegante y ocupar el asiento del miedo, resulta sorprendente.

No es la primea vez que corren juntos. Lo han hecho en bastantes rallies de clásicos con el Toyota Celica de Jari. Y más curioso todavía, Hänninen es ‘tester’ de Toyota y es el que está haciendo los primeros kilómetros con el coche de 2021, después de que se había ocupado ya de desarrollar el actual Yaris WRC.

Es un movimiento como el que en su momento hizo Petter ‘Hollywood’ Solberg, que también corría muchos rallies de clásicos llevando a su lado a su mujer, Pernilla Walfridsson, varias veces campeona de Suecia femenina.

Ciertamente no es normal hoy. Pero se había vivido en otras épocas. Recuerdo en los años 60 cuando Matra quería hacer la competencia a Alpine, alineó a sus pilotos de Fórmula, por parejas, en el Rally de Montecarlo y estos se alternaban el volante en los tramos. Henri Pescarolo corrió con Johnny Servoz Gavin, por ejemplo.

Lo de alternarse el volante lo he visto muchas veces en mis años mozos. Entonces uno podía correr aunque no tuviera mucho dinero; unos sacrificios y los premios en metálico junto con algunas pequeñas ayudas lo permitían. Y si había dinero suficiente, compartir coche con otro piloto, alternándose en los tramos era una opción.

Todo ello me ha llevado a recordar a Joan Arnella. Corría como copiloto con gente diferente, pero también lo hizo de piloto. Pero ésta, la de ‘Juanito’ es otra historia.