Leclerc sorprende al piano, pero es el enésimo piloto virtuoso de los instrumentos musicales

Este corto vídeo que Charles subió a Instagram revela no sólo su talento musical sino que además tiene doble mérito porque la pieza que interpreta es suya, una partitura que él mismo escribió inspirándose en la actuación de un concursante del Britain’s Got Talent, Tokyo Myers, en 2017 cuando llegó a la final.

No es el único pianista ‘de las carreras’. Elio de Angelis era asimismo un virtuoso, pero sin duda el más ‘profesional’ en este aspecto fue Adrian Sutil. Su padre era director de orquesta en Alemania, su madre violinista y él ya daba conciertos de piano de niño… sólo que cambió el teclado y las cuerdas por la música de los tubos de escape de los motores, de ‘tocar’ con las manos pasó a hacerlo ‘modulando’ el pie derecho.

La música ha atraído a muchos pilotos. Incluso algunos fueron  buenos músicos antes de pilotos. Slim Borgudd es uno de los ejemplos: fue batería de Abba, un conjunto mítico sueco cuyas canciones ha tarareado todo el mundo. Tanto es así que incluso debutó en F1 apoyado por el conjunto y el nombre de Abba aparecía en el lateral de su ATS. En realidad, Slim era músico de jazz y realizó unas pocas sesiones de estudio con el grupo Abba, pero era muy amigo de Björm UIlvaeus y éste le dejó llevar el logo de Abba.

Damon Hill, como hemos dicho recientemente, tocaba la guitarra en un conjunto denominado ‘Hitler y las Hormonas’ y se le daba lo suficientemente bien como para tocar en alguna ocasión con el Beatle Georges Harrsion.

Jacques Villeneuve gustaba de la guitarra e incluso llegó a grabar un disco, aunque después su carrera no ha tenido continuidad. Pero en este sentido, siguió también los pasos de su padre, el mítico Gilles Villeneuve, a quien el piano se le daba bien.

Hay una anécdota poco conocida de aquel GP de Sudáfrica de 1982, en el que los pilotos se plantaron ante la FIA por el precio de las superlicencias y todos ocuparon el hall del hotel, con colchones incluidos para descansar. Ese día Gilles Villeneuve se marcó primero una pieza de Scott Joplin y después la Sinfonía nº 5 de Beethoven, antes de ceder el relevo del teclado a Elio de Angelis, que dio un recital de Mozart. "Lo único interesante que recuerdo de aquel Gran Premio", según Keke Rosberg.

Otro virtuoso del piano fue François Cevert. En su juventud, en lugar de cultivar el karting –entonces se empezaba a correr bastante más tarde y pasó buena parte del tiempo libre en el conservatorio, estudiando piano–.

Y por supuesto está el ejemplo de Lewis Hamilton, más como DJ que como músico, pero que nos ha mostrado varias veces su mesa de mezclas o algunos de sus trabajos. En Spotify podemos encontrar doce álbumes grabados por el campeón del mundo de F1. Incluso ha hecho algunos ‘cameos’ con gente importante, como acompañar a Cristina Aguilera en la canción ‘Pipe’, aunque fuera escondido bajo el seudónimo de XNDA. Por cierto, su intervención es ‘corta pero fuerte’. Cristina dice en un momento dado "I get loud when you put that pile down" y Lewis responde: "Trust me. I know what to do with it". Algo así como "me pongo fuerte cuando me pones ese tubo" (uso la traducción literal de Google y que cada cual imagine). "Confía en mí. Sé lo que hacer con él".

Pero si hablamos de música, quizás el más polifacético fuera Mike Hailwood. Dominaba la guitarra y el piano, pero sobre todo era un gran clarinetista. Nueve veces campeón del mundo, fue un caso curioso porque debutó en F1 a la par que corría en moto; aparcó después la F1 para lograr sus títulos y volvió a los coches, primero F2 y después F1, donde llegó a ser uno de los pilotos respetados por la afición.

Y si dejamos aparte a Eddie Jordan y su afición por la batería, no podemos olvidar a Johnny Claes, piloto de F1 en la primera mitad de los 50, que fue excelente trompetista de jazz, un profesional que pasó por algunas de las mejores bandas de Bélgica, Holanda y Suiza.

No es Hamilton el único piloto de F1 que se dedica al oficio –en su caso quizás hobby– de DJ. El brasileño Raul Boesel, que estuvo en 30 GP en 1982 y 1983, es uno de los más reputados DJ en Brasil.

Y aquí tenemos el ejemplo de Jaime Alguersuari, que cuando abandonó la F1 se dedicó a este mundo. De hecho, ya estaba metido en él cuando era piloto y llegó a vender el coche que le regalaron por su 18 cumpleaños, justo al sacarse el carnet, para comprarse una mesa de mezclas profesional. Jaime también ha publicado algún álbum.

Incluso pilotos de motos han sido excelentes pianistas. James Toseland, que fue uno de los astros del Mundial de SBK, es un excelente pianista. Y también Rafa Rosés, que corrió con el Team Aspar en el Mundial pero prefirió dejarlo para evitar lesiones en sus muñecas, incompatibles con la práctica del piano.

Esto en lo que concierne al mundo exclusivo de la F1, donde llegan muy pocos. Si ampliamos a otras especialidades, el número crece de forma espectacular. Pero ésta será otra historia.