Le regala un test de Fórmula 1 a su hijo por su cumpleaños

Es sorprendente por cuanto Roy ha permanecido inactivo este año. Corrió en la Fórmula 1 con Campos Racing en el año 2018, pero sus mejores resultados fueron dos décimos. Le fue mejor en las World Series, donde entre 2016 y 2017 consiguió cuatro victorias y terminó cuarto y quinto en el certamen.

Me parece un regalo de cumpleaños fantástico por parte de Chanoch Nissany, su padre. Roy cumplió este sábado 25 años, el mismo día de la clasificación de Abu Dabi. Es un compromiso más serio que el regalo que recibió cuando cumplió 20 años: un test con un Sauber C31 de 2012 en Valencia, en 2014.

Su padre Chanoch ya hizo esto… pero en 2005, en su 42º cumpleaños. Fue aún más ostentoso, porque participó en los Libres 1 del GP de Hungría con Minardi. Comparte aniversario con Fernando Alonso, que ese mismo día cumplía 24 primaveras.

Está claro que mientras otros se contentan con soplar las velas de un pastel, los Nissany prefieren subirse a un Fórmula 1 con luces y taquígrafos, de una forma oficial.

Chanoch vive en Hungría y es un conocido asesor financiero. Viaja los fines de semana a Tel aviv para estar con su familia. Comenzó a competir en 2002, a los 39 años. Algún buen resultado en campeonatos húngaros —subcampeón del F-2000 en su debut y campeón al año siguiente —, luego World Series Light en 2003 y algunas carreras de la Fórmula 3000 esa misma temporada. Cumplió su primer sueño el 14 de julio de 2004, cuando hizo su primer test con Jordan en Silverstone. Hizo otro con esa escudería y dos con Minardi.

Era evidente que no podía competir en Fórmula 1, pero en aquel entonces los test eran legales e ilimitados. Los equipos recurrían a pilotos probadores, de modo que Chanoch no dudó en llamar a la puerta de Minardi con un sustancioso maletín. Él siempre ha dicho que se lo proporcionaron sus amigos húngaros para que fuera su tercer piloto en 2005, para sorpresa general.

Hizo algunos test, siempre quedando muy lejos de los demás. Protagonizó un curioso episodio el 27 de abril, en Mugello. Una maniobra inesperada e imprecisa provocó un accidente con su compañero, el titular Christijan Albers, que le estaba adelantando. Los entrenamientos terminaron aquel día.

Pero eso no le desanimó. Alguien puso sobre la mesa un millón de euros para que pudiera rodar en los Libres 1 de Hungría 2005. La versión oficial es que fueron una empresa de cosméticos y otra de transportes. En aquellos entrenamientos coincidió con los también probadores Ricardo Zonta —Toyota—, Alex Wurz —McLaren—, Vitantonio Liuzzi —Red Bull—, Andrea Chiesa —Jordan — y él mismo.

Chanoch fue muy lento. Muy lento. Su crono fue un 1'34"129 y no le hubiera bastado ni para estar a mitad de parrilla de la GP2. Se quedó a siete segundos de Albers, su compañero, y a 14 segundos del más rápido de aquella jornada, que fue Zonta con un 1'20"409.

Cada vuelta le costó unos 200.000 euros. Sólo pudo dar seis, porque luego hizo un trompo y terminó en una puzolana. Pero Chanoch sonreía feliz, porque había "podido vivir mi primer fin de semana como piloto de Gran Premio". Y eso que no pudo salir en los Libres 2 por un problema hidráulico.

Su hijo Roy comenzó en karting cuando tenía 6 años. Con 15 pasó a los monoplazas. Subió peldaño año tras año, aunque sin grandes resultados. Una victoria en el ADAC F-Masters en 2012 y dos temporadas discretas en la Fórmula 3, antes de conseguir sus primeros resultados en las World Series, donde cosechó cinco victorias y un total de 17 podios.