19 días para los test: Damon Hill, la historia de un piloto que no deberia llegar a la F1 y fue campeón

Damon Hill en el GP de Australia 1996
Damon Hill en el GP de Australia 1996
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02 Feb 2024 - 21:56

Este año hará 30 años de la trágica muerte de Ayrton Senna en Imola. También del fallecimiento de Roland Ratzenberger en el mismo GP o del grave accidente de Karl Wendliger en Mónaco. 

Fue un año dramático para la F1. Perdió tres pilotos. Los dos fallecidos en Imola y Wendliger, quien no se recuperó lo suficiente para volver a correr al máximo nivel, aunque en 1995 reapareció a inicios de temporada, antes de tomarse un nuevo periodo de recuperación tras el GP de España y regresar para las carreras finales y comprobar que la F1 había acabado para él.

El trágico fallecimiento de Senna puso a Williams en un aprieto grave. En 1992 había sido campeón con Nigel Mansell. En el 93, con Alain Prost. Para el 94 lo fiaba todo a Senna. Tanto que ya en 1993 puso como compañero de Prost a Damon Hill. Muchos pensaron que Damon no daba la talla para el equipo. 

Sus pasos por las categorías inferiores no se habían traducido en resultados; simplemente tenía que conformarse con material de tercera ante la acuciante falta de dinero. 

Frank Williams conocía buen a Graham Hill, su padre. En memoria de él, cogió a Damon como probador. Le dio la oportunidad de pilotar los nefastos Brabham de 1992 con los que sorprendió clasificándolos para correr dos GP. Y no dudo en colocarlo en 1993 al lado de Prost.

Cuando falleció Ayrton, Hill se encontró como líder del equipo. No había ningún ‘top driver’ disponible. Para acompañar a Damon fichó a un novato, David Coulthard, subcampeón de F3 en 1992, 3º en la F3000 en 1993 y probador de Williams ese mismo año. El mejor equipo de la categoría quedaba en manos de dos pilotos por los que pocos hubieran apostado.

Y sin embargo, a final de temporada, Damon Hill llegó jugándose el título con Michael Schumacher. Es cierto, la exclusión de Michael en Spa -por el desgaste excesivo del fondo plano- que dio la victoria a Hill y las dos carreras de suspensión que le impusieron a Michael por no respetar la bandera negra en Silverstone, permitieron a Damon darle alcance.

Con Schumacher fuera, Damon se enfrentó a Frank Williams y Patrick Head, los propietarios del equipo. Entendía que merecía el trato de primer piloto y no se lo estaban dando. Mucho más si tenían en cuenta que para las últimas carreras, Williams iba a repescar a Nigel Mansell, una vez éste hubiera acabado la temporada de Indycar. Damon quería los ingenieros de David Brown y Dennis Chevrier y amenazó a Williams con filtra el tema a la prensa; Williams cedió. 

Hill ganó tres de las cuatro carreras siguientes y llegó a Adelaida, la última carrera a sólo 1 punto de Michael. Damon mereció ganar aquel título: presionó a Schumacher toda la carrera hasta que este se estrelló contra el muro… pero el Benetton de Michael se interpuso en la trayectoria de Damon y el choque fue inevitable. Muchos pensaron que Schumacher lo había hecho a posta; Damon lo exculpó.

Pero había quedado claro que aquel suplente, segundo piloto de ‘emergencia’, por el que nadie hubiera apostado, tenía talla para ser campeón. Lo fue en dos años después…. para cumplir la tradición de que los campeones abandonaban Williams. 

Frank no quiso aumentar su ficha a lo que Damon pensaba que merecía un campeón. Prefirió marcharse. Frank siempre había presumido que los pilotos querían correr con él porque podrían ganar, no por dinero… aunque quizás la ‘rebelión’ de Monza del 94 tuvo algo que ver. No está claro si Williams subestimó la ‘amenaza’ de Hill de marcharse o bien pensaba que tenía las espaldas bien protegidas por Jacques Villeneuve.
 

Damon Hill
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