Alex Palou: un inicio de temporada de IndyCar con sorpresas

Un octavo puesto en St Petersburg y un tercero en Texas son un buen inicio de campeonato, aunque es evidente que desearía más. La sorpresa seguramente viene de que me esperaba que los resultados fueran al revés, que fuésemos más rápidos en St Pete y que sufriéramos en Texas.

En St Petersburg íbamos muy bien, pero cometimos algunos fallos. Empezamos la carrera desde más atrás de lo debido y luego perdimos varias posiciones en pista. Evidentemente quería más, pero a fin de cuentas siguen siendo muchos puntos en un día en el que hubo muchísimos accidentes. Visto el caos, por más que sé que podríamos haberlo hecho mucho mejor, creo que lo importante era terminar y al final conseguimos un resultado que puede ser bueno a largo plazo.

Luego vino Texas, donde subí al podio. Para mí, Texas es una de las carreras más complicadas de toda la temporada porque no tengo tanta práctica en los ovales y apenas tenemos tiempo para entrenar. Pongo Texas en la misma categoría que Iowa y Gateway. Indianápolis es una historia completamente distinta porque nos pasamos todo el mes de mayo ahí. Sería un error pensar que lo que ocurre ahí es extrapolable a otros circuitos. Sea como sea, en Texas me salió todo bien. No me esperaba el tercer puesto y encima tuvimos ritmo para más, porque llegamos a pelear por la victoria. Nos faltaba la velocidad y el ritmo en tráfico de Pato y Josef, pero hasta las últimas vueltas no sabíamos si ganaríamos o si haríamos terceros. Seguramente fue mi mejor carrera en ovales hasta la fecha, mejor incluso que la segunda posición en las 500 Millas de 2021, de modo que estoy muy contento.

Primeras conclusiones de esta temporada: creo que hemos conseguido mejorar algunos puntos débiles del año pasado. La clasificación era una de nuestras mayores preocupaciones y en St Pete nos costó algo menos poner los neumáticos en temperatura, de modo que eso es bueno. Este fin de semana tendremos una oportunidad de confirmarlo en Long Beach. Todavía no estamos donde queremos estar, pero estamos más cerca. Luego iremos a Barber, el primer rutero, y ahí ya podremos acabar de confirmarlo. Pero también me preocupa un poco la degradación de los neumáticos: McLaren ha dado un paso adelante muy grande y Penske también, especialmente en Texas. El año pasado nosotros éramos los más fuertes en degradación, pero ahora quizá sufrimos un poquito más. No es que perdiéramos la carrera por eso, pero todo ayuda.

En St Petersburg tuvimos otro problema, más allá de la degradación. Me costaba mucho frenar con confianza porque bloqueaba neumáticos todo el rato. La anécdota representativa de eso es la última resalida, en la que me pasó en la última curva y perdí dos posiciones. Después de aquello fuimos a Barber para hacer un test y poner a prueba varias teorías y al final pudimos averiguar qué es lo que nos había pasado, de modo que ahora estoy bastante convencido de que no se volverá a repetir porque ya lo hemos entendido.

Texas fue una historia completamente distinta. Creo que mi mejor carrera en ovales hasta la fecha, mejor incluso que cualquier edición de las 500 Millas de Indianápolis, sobre todo por cómo nos movimos en el tráfico y cómo afrontamos cada una de las resalidas. El final fue bastante estresante, porque iba líder con neumáticos usados mientras todos los demás me atacaban con gomas frescas. Y eso yo no lo sabía, porque era consciente de que Pato y Josef sí habían parado en boxes, pero no sabía que los demás también. A la que me pasó Newgarden también me adelantó O’Ward y fue realmente difícil pelear contra ellos en esas condiciones, pero aun así arañamos un podio.

Está claro que no teníamos la misma facilidad que ellos para navegar entre el tráfico, pero claramente teníamos el tercer mejor coche y creo que lo demostramos. Hubo un momento dado en el que nos doblaron a todos, pero eso también fue porque nosotros estábamos ahorrando gasolina. En una pista como Texas tan sólo necesitas 20 segundos para perder una vuelta y a veces te puedes dejar cuatro segundos de golpe con un doblado, por lo que no es tan difícil verte en esa situación. Yo iba conservando detrás de Dixon y no sabía dónde estaban los líderes, y cuando me dijeron que venían por detrás le pasé y traté de mantenerme en la vuelta del líder. La diferencia estaba en la facilidad para lidiar con el tráfico, pero no en la velocidad de cada coche.

Ahora toca Long Beach, el segundo urbano del calendario. Los mismos pilotos que fueron rápidos en St Pete lo volverán a ser este fin de semana, por lo que no espero ninguna gran sorpresa. Sabemos que Andretti tiene un coche muy fuerte y que Penske también vuela en estas pistas, que McLaren está muy fuerte con Pato y que nosotros podemos plantarles batalla, especialmente en la carrera. Está todo muy apretado, pero es demasiado pronto para hacer previsiones. Aún no hemos ido a ningún rutero, por lo que no tenemos la radiografía completa de la parrilla. Y hasta que no termine Indianápolis no podremos ver realmente dónde está todo el mundo.

Entre carrera y carrera fui a California y vi mi primer partido de la NHL en el estadio de los Anaheim Ducks. Nunca había visto un partido entero de hockey sobre hielo, ni siquiera por televisión, de modo que fue toda una experiencia. No me sé las reglas, por lo que no entendí todo lo que pasaba en la pista, pero fue divertido. Son estadios mucho más pequeños que los de baloncesto o los de fútbol, por lo que la gente está encima de los deportistas y realmente sientes la energía. Ahora sólo me falta ir a un partido de béisbol, porque ya he estado en la NBA y la NFL. De los tres deportes que he visto, mi favorito es el fútbol americano porque es muy intenso. El partido es muy largo y tiene muchas interrupciones, pero hay mucho entretenimiento para los aficionados y es toda una experiencia. La NBA también es espectacular, aunque quizá no me sorprendió tanto porque estoy familiarizado con el baloncesto. Me quedo con la NFL.

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