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GP de México F1 2018: Hamilton pentacampeón: hola Fangio, adiós Caracciola

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José Miguel Vinuesa
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30 Oct 2018 - 07:31

Antepenúltimo Gran Premio de la temporada en el pintoresco circuito de los Hermanos Rodríguez por su siempre festivo ambiente y su colorido. El trazado, además de por su altura, ofrece una bonita variedad que complica la vida a los pilotos e ingenieros. Una larguísima recta, pero un segundo y tercer sector revirado, que requiere más carga. El equilibrio nunca es fácil, pero aun así, las velocidades puntas son muy altas. En ese trazado, el mismo donde el año pasado Hamilton se coronó tetracampeón del mundo, esta vez tenía una oportunidad mucho más sencilla: si Vettel ganase la carrera, a Hamilton le bastaría con ser séptimo. Y a la vez, aunque algo más difícil, si Mercedes conseguía veinte puntos más que Ferrari, también conseguiría su quinto mundial de constructores consecutivo.

Las malas noticias eran para Pierre Gasly, que recibiría 15 posiciones de sanción por las novedades que presentaba su motor Honda: nuevo motor de combustión, turbo y MGU-H. Sólo lo usaría en los primeros entrenamientos libres, pues sería retirado para el resto del fin de semana. Las pruebas de Honda continúan de cara a tener un motor mejor en 2019.

 

ENTRENAMIENTOS LIBRES

El sol y una temperatura de 20 grados recibieron a los monoplazas, pese a que las previsiones climáticas anunciaban lluvia para el fin de semana. Nicholas Latifi volvía al Racing Point Force India en el volante de Esteban Ocon, lo mismo que Lando Norris por Fernando Alonso en McLaren y Antonio Giovinazzi por Charles Leclerc en Sauber. Mientras tanto, Lewis Hamilton llegaba con 10 minutos de sesión transcurridos a su box, e incluso tenía tiempo para posar para una foto junto a su monoplaza. Desde luego, transpiraba tranquilidad.

Los Ferrari comenzaron con los neumáticos hiperblandos, y marcaron los primeros tiempos de referencia, todavía lejanos a ser competitivos. Kimi Räikkönen se colocaba en primera posición con un tiempo de 1’19’’170. Obviamente, conforme pasaron los minutos, los tiempos mejoraron. La pista se iba limpiando, pero se mantenía bastante resbaladiza, especialmente en la zona de las eses. Los Red Bull pusieron en liza su buen rendimiento en este circuito, y superaron a los Ferrari. Ambos pilotos con los hiperblandos, que usarían durante toda la sesión. Los Mercedes comenzaron también con ellos, pero como los Ferrari, probarían los ultrablandos en la segunda parte de la sesión.

Y ahí empezó a aparecer un gran problema para todos los equipos: degradación masiva. Mientras a Max Verstappen le corregían un problema de subida de temperatura en su Red Bull que lo retuvo unos minutos, los demás pilotos empezaron a ver cómo sus neumáticos se deshacían y les causaban serios problemas para mantenerse en el trazado, con subviraje muy marcado y falta de agarre general. De todo ello surgió Max Verstappen, con el mejor tiempo de la sesión con un tiempo de 1’16’’656, que dejaba muy atrás -0’483 segundos- a Daniel Ricciardo.

Los Renault mostraban un rendimiento muy interesante, con Carlos Sainz tercero y Hülkenberg cuarto, por delante de los Mercedes y los Ferrari, que estaban muy lejos y se mostraban algo perdidos con la respuesta de los neumáticos. Habría que esperar a tener una respuesta más fiable en la segunda sesión de entrenamientos.

Con 24 grados y sol, esa segunda sesión sólo hizo que confirmar que los neumáticos iban a ser un problema durante este fin de semana. Los Ferrari y Lewis Hamilton comenzaban probando el superblando, el más duro de los compuestos del fin de semana, mientras que los Red Bull y Valtteri Bottas iniciaban las pruebas con el ultrablando, la gama media para esta carrera. La sorpresa no es que Max Verstappen fuera más rápido con el ultrablando que los demás, sino que también lo fue con el hiperblando: su tiempo de 1’16’’720 sólo obtuvo respuesta por parte de su compañero de equipo, a 0’183 segundos. Nadie pudo acercarse a menos de un segundo de los Red Bull, hasta el punto de que Lewis Hamilton creía estar muy lejos de los Red Bull para el fin de semana: estaba en séptima posición a 1’380 segundos de desventaja, encabezando a un grupo en el que estaban Kimi Räikkönen y Valtteri Bottas. Sebastian Vettel había maquillado la situación al colocarse cuarto, pero a 1’234 segundos.

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Los Renault seguían estando en gran forma, y Carlos Sainz reafirmaba sus buenas impresiones con el tercer lugar de nuevo, 1’233 segundos, eso sí. Pero su distancia no era la preocupante, sino incluso esperable. Con Nico Hülkenberg quinto, lo mejor para los franceses no era tanto verse en la zona alta, sino encabezar su grupo y ver a rivales como los Haas muy lejos. Para mayor sorpresa, Brendon Hartley estaba sexto.

El neumático hiperblando no permitía más que dar una vuelta rápida: después de eso, estaba agotado en cuanto a rendimiento, aunque pudiese durar algunas vueltas más, pero no demasiadas –sólo los Red Bull parecían mantenerlos en forma en tandas largas-. Eso suponía, para Ferrari y Mercedes, que el hiperblando era un serio problema, y habría que intentar evitarlo en largas distancias. En las simulaciones para preparar la carrera, Max Verstappen era el más rápido con el hiperblando, aventajando a Sebastian Vettel, con la diferencia de que el holandés hacía el doble de vueltas que el alemán. Los Mercedes, con alguna vuelta más pero sin llegar a los Red Bull, no tenían el ritmo en absoluto.

Con el ultrablando, los Red Bull eran intocables, con Max Verstappen de nuevo marcando la pauta –pero con sólo dos vueltas por un problema con su Red Bull, que se quedó parado a falta de 10 minutos-, si bien los Ferrari no probaron este neumático, ni tampoco Hamilton. La referencia de Ricciardo y Bottas, más realista, dejaba al de Red Bull con una ventaja en ritmo enorme respecto al Mercedes. Finalmente, con el superblando, los Ferrari eran capaces de marcar ritmos muy competitivos, con Vettel liderando el ritmo y aventajando alrededor de 3 a 4 décimas el ritmo de Lewis Hamilton. Ahí faltaban los Red Bull. La conclusión que dejaban los entrenamientos era que los Red Bull estaban ante su gran oportunidad de vencer una carrera después de mucho tiempo. Los Mercedes estaban en serios problemas ante la degradación, y los Ferrari podían mantenerse a flote. Pero eran sólo entrenamientos.

La tercera sesión de libres del sábado fue poco útil debido a la acumulación de agua en gran parte de la sesión y a la baja temperatura de 15 grados, lo que hizo que los pilotos tuvieran que usar los neumáticos intermedios. Eso hizo que hubiese muy poca actividad en la primera mitad de los entrenamientos: ninguna utilidad tenía de cara a la clasificación ni para la carrera. Cuando la pista empezó a secarse, a falta de unos veinticinco minutos, se pudo entrever alguna pista sobre la clasificación.

Así, Vettel marcó un interesante tiempo de 1’17’’836 que era mejor que el registro del viernes, pero que no permanecería como el mejor de la sesión, porque pronto empezaron a mejorar los tiempos. Peor fue para Valtteri Bottas, que en delante de la multitud de personas que se acomodan en el Foro Sol, sufrió un fallo hidráulico que puso fin a su sesión, y le obligó a cambiar la unidad de potencia, aunque no a una nueva, por lo que no tendría sanción.

Max Verstappen certificó un dominio envidiable del fin de semana hasta ese momento al marcar un tiempo de 11’16’’284 que superó a todos, el primero a Lewis Hamilton, que se quedó a 0’254 segundos, y después a Sebastian Vettel, que estaba a 0’282. Los tiempos estaban mucho más ajustados, y desde ellos se abría un hueco considerable: Daniel Ricciardo era cuarto, pero a 0’744 segundos de diferencia. Carlos Sainz mantuvo la forma con un interesante séptimo lugar con el Renault, mientras que Kevin Magnussen no marcó un tiempo. La única conclusión era que las diferencias del viernes no eran reales, y que la pole position sería más apretada de lo esperado.

 

CLASIFICACIÓN

El sol y las nubes jugaron durante la clasificación, pero la lluvia prevista para el final de la sesión no hizo acto de presencia. En la Q1, los Mercedes fueron los únicos en utilizar el neumático ultrablando, aunque sí acabaron usando la opción general: el hiperblando.

Sebastian Vettel marcó el mejor tiempo del fin de semana -1’16’’089-, pero como en los entrenamientos libres, no le iba a servir para ser el más rápido. Obviamente superaba a los Mercedes por su neumático menos prestacional, pero no a los Red Bull. En cuanto Max Verstappen se puso a marcar una vuelta, su tiempo de 1’15’’756 desbancó al Ferrari con facilidad. Max estaba en estado de gracia, y ni siquiera Ricciardo podía con él, aunque estaba a una décima.

Pese a que los Mercedes hubieran pasado el corte sin problemas, realizaron un intento con los hiperblandos, y Valtteri Bottas acabó rematando la sesión con un tiempo de 1’15’’580, que fue 0’093 segundos más rápido que el de Lewis Hamilton. Mientras tanto, Kimi Räikkönen estaba octavo, con los dos Racing Point Force India por delante, Sergio Pérez en una magnífica sexta posición que encendió los ya de por sí festivos ánimos de los mexicanos.

En la pelea por pasar a la Q2, sólo 156 décimas separaron al duodécimo, Carlos Sainz, del decimosexto, Romain Grosjean. La gran sorpresa de la sesión fue la caída de ambos Haas en rendimiento, el francés el primero de los eliminados con su compañero Magnussen decimoctavo, incluso por detrás del McLaren de Stoffel Vandoorne. Los Williams nunca estuvieron en liza y cerraron la tabla, esta vez con Sirotkin en último lugar.

La segunda sesión debería definir si se usaba el ultrablando o el hiperblando, en términos de estrategia de carrera. Y efectivamente, ni Red Bull, ni Mercedes ni Ferrari iban a comprometerse para la carrera al tener un ritmo tan superior al resto. Con el ultrablando, los primeros puestos se comprimieron. Porque Max Verstappen seguía camino de dominar con mano de hierro el fin de semana con su tiempo de 1’15’’640, pero tenía a Lewis Hamilton a sólo 0’004 segundos: un suspiro. Más aún, Sebastian Vettel estaba tercero a unos exiguos 0’075 segundos. Los demás estaban, en términos relativos, demasiado lejos.

Ricciardo era cuarto a 0’205, Bottas quinto a 0’283 y Räikkönen a 0’356 en sexto lugar, cerrando el grupo de referencia. Por detrás, la guerra, en la que los Racing Point Force India se dispararon en el pie. Creyendo de forma sorprendente que con el superblando podrían marcar un registro que les permitiese clasificarse, en su segundo intento tampoco optaron por los hiperblandos, sino como los equipos más prestacionales, por el ultrablando. El resultado fue que Esteban Ocon se quedó decimoprimero, pero muy lejos del puesto que le hubiera hecho clasificarse, y Sergio Pérez se desfondó en decimotercera posición, por detrás de un brillante Fernando Alonso con una inesperada duodécima posición que por sólo 0’027 segundos no fue la decimoprimera. Mientras los dos Renault y los dos Sauber se clasificaban, los dos Toro Rosso se quedaban en los dos puestos finales, cerrando la clasificación, con Gasly sin marcar tiempo por su penalización.

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La Q3 se presentaba como una de las más inciertas de todo el año, con tres equipos, y teóricamente tres pilotos, con opciones de marcar la pole: Max Verstappen, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. Este último fue el primero en ganar la partida, al menos a los Mercedes, con un tiempo de 1’14’’970 que le daba el primer puesto provisional. Hasta que llegó Max Verstappen y con un 1’14’’785 se colocó primero, con 0’183 segundos de ventaja sobre Vettel. Un golpe bastante severo.

El último intento era clave para todos.  Max Verstappen acariciaba la que debía ser su primer pole, y el récord de piloto más joven en lograrlo. Pero ni él ni Sebastian Vettel mejoraron su registro. Sí que lo hizo Lewis Hamilton, que se colocó en tercer lugar. Y entonces, Daniel Ricciardo sacó una vuelta de 1’14’’759 arrancó la felicidad de su compañero de cuajo, y la colocó toda en su habitáculo: sólo 0’026 segundos eran la diferencia entre haber dominado todas las sesiones, y haber caído en la más importante. Daniel estaba pletórico, más después de tantos y tantos problemas de fiabilidad. Era el mensaje necesario para quienes habían cometido la osadía de dudar de sus capacidades.

Detrás de Vettel, en cuarta posición, estaba Valtteri Bottas, a unas dolorosas 401 décimas de Ricciardo. Peor, sin velocidad, Kimi Räikkönen en sexto lugar, a unos eternos 0’571 segundos en un circuito tan corto. Nico Hülkenberg superó con rotundidad a Carlos Sainz por el séptimo lugar, como hizo Charles Leclerc por el noveno frente a su compañero Marcus Ericsson, las últimas cuatro posiciones muy ordenadas. Para Renault era un gran día: dos de sus motores en primera línea, y los dos pilotos de su equipo en buena disposición para sumar puntos importantísimos para la cuarta posición del campeonato. Pero nadie, en ningún lugar, estaba más satisfecho que Daniel Ricciardo.

La parrilla de salida quedaba definida, por lo tanto, con Ricciardo en la pole nº 60 para Red Bull y la tercera de su carrera deportiva, superando a Max Verstappen. Primera fila del equipo desde los días de gloria de 2013. Tras ellos, Lewis Hamilton en una posición envidiable de cara a sus aspiraciones al título, pero con Vettel a su lado sin nada que perder, pero con unos antecedentes preocupantes en las primeras vueltas. Bottas, Räikkönen, Hülkenberg, Sainz, Leclerc, Ericsson, Ocon, Alonso, Pérez, Hartley, Vandoorne, Magnussen, Stroll, Grosjean –cumpliendo la penalización de 3 puestos impuesta en Estados Unidos-, Sirotkin y Gasly.

 

CARRERA

Con el cielo ligeramente nublado, pero una temperatura de 18 grados, que era bastante fría, los pilotos se dirigieron a la parrilla de salida para iniciar el Gran Premio. En la mente de todos, la severa degradación de los neumáticos. Pero en la de uno de ellos, sólo había un objetivo: acabar la carrera al menos séptimo, refrendar el título, entrar en una nueva dimensión.

Daniel Ricciardo no salió bien, como sí hicieron Max Verstappen y Lewis Hamilton, que se introdujo en medio de los dos Red Bull, y con opciones serias de alcanzar el liderato en la primera curva. Pero Max Verstappen, aún herido por la clasificación, poseía el interior. Por la cabeza de Lewis pasó una jugada valiente: aguantar el exterior y así tener el interior de la segunda curva. Pero a su lado, Max. Estiraría la frenada, abriría la trayectoria, haría lo que fuera para mantenerse. Así que Lewis volvió a ceder y se contentó con el segundo lugar, mientras Sebastian Vettel se veía relegado incluso al quinto puesto, tras una gran salida de Bottas que, él sí, atacó el exterior de la primera curva.

Superada la peligrosa sección de la primera curva, y camino de la cuarta, el Ferrari nº5 se revolvió frente al Mercedes nº77, que protegía el exterior para la siguiente chicane. A Sebastian, claro, tuvo que pasársele por la cabeza un nuevo toque, un nuevo error, un nuevo trompo, una nueva decepción. Pero no dejaría de ser él mismo: firme en el exterior de la curva, tomó el interior de la inmediata siguiente, y el cuarto puesto era nuevamente suyo. Además del respiro de haber completado sin incidentes la maniobra. Detrás de ellos, Esteban Ocon se tocaba en la curva 3 con Sainz, y las piezas del Racing Point Force India volaron hacia el exterior de la pista. No hubiera pasado nada, pero por ahí transitaba en ese momento el McLaren de Fernando Alonso, que no sólo impactó contra ellas, sino que atrapó algunas con su monoplaza. Brendon Hartley, en mitad del pelotón, tuvo que frenar exageradamente y dañó sus neumáticos. Él y Ocon tuvieron que pasar por boxes al finalizar la vuelta –y posteriormente se tocaron, lo que supuso una sanción de 5 segundos para el neozelandés-.

Al paso por meta, Verstappen era un sólido líder, seguido de Hamilton, Ricciardo, Vettel, Bottas, un brillante Carlos Sainz, Räikkönen, Hülkenberg, Leclerc, Ericsson, Pérez, Alonso, Stroll, Magnussen, Sirotkin, Gasly, Grosjean, Vandoorne, Hartley y Ocon. Justo al final de la recta de meta, Kimi Räikkönen, que había estado endeble en el inicio, retomó su posición de inicio al adelantar a Carlos Sainz. Desde ese momento, comenzaba el juego de saber gestionar los neumáticos con la esperanza de hacer una única parada en boxes, algo que Pirelli no consideraba factible.

Otros problemas aquejaban a Fernando Alonso. Las piezas del coche de Ocon estaban provocando que su coche subiese alarmantemente de temperatura. No había muchas opciones salvo parar. Era la cuarta vuelta, y otra carrera prematuramente terminada para el español, al que ya sólo le quedan dos Grandes Premios que disputar. El McLaren se quedó en un lateral de la pista, y el coche de seguridad virtual se activó en la vuelta 5. Eso no dejaba de ser un respiro para los neumáticos, pero no una salvación.

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Al relanzarse la carrera en la vuelta, Verstappen tenía una ventaja de 2 segundos sobre Hamilton, de 3’6 con Ricciardo y de 6’2 sobre Vettel. Y entonces, comenzó la pesadilla. Lewis Hamilton tenía una alta degradación, especialmente en las ruedas delanteras, lo que propiciaba que Ricciardo se acercarse. El inglés aguantó en pista todo lo que le fue posible, reteniendo al Red Bull. Pero en la vuelta 12 tuvo que parar en los boxes, colocar el más duro de los compuestos –el superblando- y volver a la pista en quinta posición. Valtteri Bottas no estaba mejor con sus neumáticos, y paró justo tras su compañero, en la misma vuelta, y con la misma opción, pero volviendo octavo.

Para Daniel Ricciardo se había abierto una ventana para superar a Lewis en boxes, así que en la vuelta 13 paró en boxes, también el neumático más duro. Pero su vuelta de ingreso a boxes no fue brillante, unida a una buena de Lewis, por lo que se mantuvo tras el Mercedes. Los Red Bull también estaban padeciendo degradación. Verstappen, eso sí, aventajaba en 9 segundos al que ahora era segundo, un Sebastian Vettel que estaba gestionando sus neumáticos. Max no podía aguantar mucho más sin poner en peligro su liderato respecto a Hamilton: en la vuelta 14, se detuvo, salió tercero delante de Hamilton, y con la esperanza de que los nuevos superblandos aguantasen hasta la bandera de cuadro.

Dos Ferrari en el liderato, aunque por poco tiempo. Porque Kimi, con un ritmo lento, fue devorado por Verstappen en la vuelta 14, por Hamilton –en una preciosa lucha en la primera, segunda y tercera curvas- en la 17, la misma en la que en la cuarta curva, Ricciardo dejó atrás al de Ferrari. Mientras tanto, Vettel tampoco podía mantener al menos la distancia con Verstappen, que se iba acercando. Era la hora de poner todo en orden: los dos Ferrari pararon en la vuelta 18, Vettel primero, Kimi después. Ambos, con el superblando en sus monoplazas. ¿Quién aguantaría sin detenerse más?

Verstappen era líder con 8’5 segundos sobre Hamilton, 11’3 sobre Ricciardo y 13’3 con Vettel. El holandés controlaba la carrera con solvencia, pero por detrás, el trío perseguidor empezó a juntarse demasiado. Tanto, que Sebastian Vettel empezó a incomodar a Ricciardo. Amagó un intento en la vuelta 30, pero cuando iba a volver a intentarlo en la vuelta siguiente, el coche de seguridad virtual volvió a hacer acto de presencia. En el Foro Sol, al final de la vuelta, Max Verstappen pudo ver cómo el coche de Carlos Sainz hacía un extraño enfrente suyo, y se dirigía a la escapatoria para detenerse. La batería del coche –lo mismo que Ricciardo en Estados Unidos- había cedido, y frenado la gran carrera del español.

Así que había que seguir esperando. Lewis ya empezaba a intuir que una parada iba a ser una quimera, al menos en su caso: su Mercedes destrozaba los neumáticos, más que el resto. Al relanzarse la carrera en la vuelta 33, Vettel tardó poco en deshacerse de Ricciardo –en la vuelta 34- y se fue a por su rival por el campeonato. Sólo cinco vueltas después, completó el adelantamiento en la curva 1, y puso su mirada en Verstappen, que estaba a 14 segundos. Mientras tanto, Sergio Pérez empezó a experimentar problemas de frenos, y en un giro del destino curioso, el tercer piloto de habla hispana de la parrilla, y corriendo en su casa, tuvo que abandonar. Era la vuelta 41, un periodo en el que Sebastian Vettel se lanzó, vuelta rápida tras vuelta rápida, a la caza del liderato, mientras Ricciardo hacía lo propio con Hamilton.

Sebastian se acercaba, pero no lo suficientemente rápido. Daniel sí, y empezó a ver que Lewis era una presa fácil. Relativamente fácil. Durante tres vueltas lo persiguió con ahínco, pero el inglés se defendía bien. Hasta que en la vuelta 47, llegando a la primera curva, el inglés quiso soportar demasiado, y defendiendo el interior se pasó sobradamente de frenada, cediendo ante Ricciardo. En ese momento, Ferrari pensó que el neumático ultrablando podría resistir hasta el final de carrear y permitir acercarse a Max, así que en la vuelta 48, tanto Vettel como Hamilton entraron a boxes por segunda vez y colocaron el ultrablando.

En esa misma vuelta, Valtteri Bottas imitaba perfectamente a su compañero de equipo en la curva 1, en su caso defendiéndose del ataque de Kimi Räikkönen, tomando la escapatoria de césped y viendo alejarse al Ferrari. Red Bull no tardó en comprender que debía defender a Verstappen, así que lo llamó a boxes en la vuelta 49, pero le colocó los superblandos, en una opción conservadora, pero dejando a Ricciardo en pista para que Sebastian Vettel no tuviera el camino libre. También Bottas se detuvo en esta vuelta, y optó por el superblando.

Así que en la vuelta 50, Verstappen era líder con dos paradas y 5’8 segundos sobre Ricciardo –sólo una parada-, que aventajaba en 2’5 segundos a Vettel, y con Kimi Räikkönen, sin detenerse, en cuarta posición pero lejos. La estrategia de Red Bull de juagar a una sola parada con Ricciardo estaba funcionando. En la vuelta 55, Verstappen se había escapado a los 8’8 segundos mientras Daniel y Sebastian luchaban entre sí. En la 58, ya eran 9’8 segundos, mientras Vettel activaba una y otra vez el DRS. Pero en una broma macabra, llegando al Foro Sol en la vuelta 61, la trasera de Daniel Ricciardo humeó. Al paso por meta en la vuelta 62, el motor estaba expirando su último aliento, y al llegar a la primera curva, Vettel había pasado y Ricciardo se aproximaba al puesto de comisarios para certificar su octavo abandono, lo que no evitó un nuevo coche de seguridad virtual. Eso lo aprovechó Bottas para detenerse de nuevo en boxes y colocar el hiperblando, en un intento de recuperar mucho tiempo perdido.

Relanzada la carrera en la vuelta 64, Sebastian Vettel fue consciente de que no iba a poder llegar a Max Verstappen: 15 segundos eran demasiados. De modo que, mientras Valtteri Bottas empalmaba vueltas rápidas –en la 65, un 1’18’’741-, la carrera se quedó en suspenso hasta el final. Nadie quería imprevistos, ni que sus gastadísimos neumáticos dijeran basta de manera desagradable.

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Así es como Max Verstappen logró su segundo Gran Premio de México consecutivo, su quinta victoria que le convierte en el piloto con más triunfos sin una pole, esa que se había escapado el sábado. Pero la fortuna giró la rueda, y el domingo el holandés estuvo soberbio durante toda la carrera. Resistió –otra vez- el ataque de Hamilton, y después gestionó una de las carreras más difíciles de todo el año con mucha madurez, marcando el ritmo necesario pero no más allá. Si el Honda respondiese en 2019, y Max es este Max, ¿quién sabe?

Segundo llegó Sebastian Vettel, con una carrera también perfecta, ganando las posiciones en el mano a mano –por mucha degradación que hubiera-. Sólo el tener que conservar los neumáticos en la primera parte de la carrera para intentar hacer sólo una parada, permitió que los líderes se escapasen y, cuando tuvo mejores condiciones, la distancia era irrecuperable. Sin embargo, el alemán necesitaba esta carrera, recuperar la sensación de control. Lástima que fuera el día en el que sus opciones de ser campeón se diluyeron definitivamente. Vettel, eso sí, felicitó no sólo a Lewis, sino a todo el equipo Mercedes en su propio box, un gesto de deportividad que enaltece al tetracampeón del mundo.

Tercero llegó Kimi Räikkönen, con una carrera muy discreta, pero el único de los cinco primeros en realizar la gesta de una sola parada, lo que dice mucho de la inteligencia del finlandés, que supo esperar. La victoria no entraba en sus cábalas, pero sabía que en la distancia podía sacar un buen resultado, y ayudar a Ferrari en la lucha por un mundial de constructores que sigue vivo, al recortar la diferencia a 45 puntos.

Cuarto llegó el pentacampeón, desfondado, con un Mercedes que había devorado cualquier neumático, y a 1’18.738 del ganador. No, un Mercedes a más de un minuto –y el otro, quinto, doblado- no es normal, y se debe a las condiciones de la pista. Pero eso no importaba. Sebastian tenía que ganar, así que cuando Max cruzó la meta, a Lewis le podía valer cualquier cosa. Cruzó la meta, y era pentacampeón del mundo. No lo había conseguido como hubiera querido, y por eso será interesante ver sus dos últimos Grandes Premios.

En sexta posición, a dos vueltas, llegó el Renault de Nico Hülkenberg, con una sola parada en boxes. El alemán, sabedor del mejor ritmo de su Renault, jugó la carta cabal de controlar lo que hacían sus perseguidores, además de aprovecharse del abandono de Carlos Sainz. Lo mismo hizo un meritorio Charles Leclerc para llegar séptimo, siendo siempre consciente de cómo se desarrollaba la carrera pese al ímpetu de otros rivales.

El octavo puesto de Stoffel Vandoorne no es que sea destacable, es que es posiblemente su mejor carrera en F1. Con una sola parada, y con un McLaren, gestionó de tal forma los momentos y el monoplaza que acabó en una gran posición. Sí, los abandonos ayudaron, pero aunque hubiese acabado fuera de los puntos, hubiera sido una carrera para tener en cuenta. La pérdida del piloto belga va a ser grande para el campeonato: Stoffel sigue siendo un gran piloto, pero esta cainita y destructiva McLaren lo ha devorado.

En novena posición, también a una parada, también destacable, Marcus Ericsson, en un bonito doble resultado en los puntos para Sauber. Y tras él, ya con dos paradas, Pierre Gasly, que no olvidemos que salía en último lugar. Aprovechó el primer coche de seguridad virtual para cambiar su estrategia, y remontó. El motor Honda padeció bastante en México, pero al menos parece que aguanta. Muchas de las penalizaciones son por las pruebas que los japoneses están haciendo para el año próximo, y que Toro Rosso no tiene más remedio que soportar.

Fuera de los puntos, Esteban Ocon, condicionado desde el inicio, los Williams de Stroll y Sirotkin, Brendon Hartley y, cerrando la clasificación de forma absolutamente sorprendente, los Haas de Kevin Magnussen y Romain Grosjean. Terrible rendimiento el de los norteamericanos en México, con estrategias similares a los demás, e incluso Magnussen probando una sola parada. No hubo forma de hacer funcionar el coche, y ven escaparse a 30 puntos a Renault.

Pero no era el día ni de Max, ni de Stoffel, ni de nadie que no se llamase Lewis y apellidase Hamilton. Pentacampeón del mundo, entrando en ese salón en el que Juan Manuel Fangio sólo ha tenido brevemente a Michael Schumacher. Pero no sólo entra Lewis en esos niveles que lo convierten en leyenda por derecho propio de este deporte. Ahora también es leyenda de Mercedes en los Grandes Premios, porque inadvertidamente acaba de superar a Rudolf Caracciola como el piloto más exitoso en la firma de la estrella de tres puntas. El alemán había logrado tres campeonatos de Europa en los años treinta. Fangio logró dos mundiales en los cincuenta con Mercedes. Hamilton llevaba tres con las Flechas de Plata: ahora es ya el piloto más exitoso de un equipo tan legendario como este. Lo que quede por delante, está por ver. Mercedes seguirá siendo fuerte, y Lewis también. De momento, tienen que rubricar el campeonato de constructores para volver a culminar un año perfecto, y de paso, que la propia Mercedes sea pentacampeona del mundo.

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