Marchionne consideraba peligroso para Ferrari suministrar a Red Bull
Sergio Marchionne lo tiene claro. Quiere destronar a Mercedes, pero quiere hacerlo con Ferrari. Esa es su única preocupación y por ello no le dio sus motores a Red Bull, porque era arriesgado ofrecer sus mayores esfuerzos a alguien que ha demostrado que puede ser muy competitivo con un buen motor, tal y como hicieron los austriacos durante su reinado de 2010 a 2014 con Sebastian Vettel y la consecución de cuatros títulos de Fórmula 1.
"Hay que lidiar con algunas incertidumbres de nuestra propia arquitectura y cubrir nuestro puente tecnológico. Por lo que comprometernos a suministrar una unidad de potencia a un equipo que ha demostrado una gran habilidad técnica para hacer un buen chasis podría haber sido peligroso para la competitividad de Ferrari", apunta el presidente de los italianos, un tiempo después de todo el culebrón que envolvió al propulsor de Red Bull.
No tengo ningún interés en ganar a Mercedes con Red Bull, quiero que gane Ferrari
"Mi principal cometido es ayudar y proteger a Ferrari. No tengo ningún interés en derrotar a Mercedes con Red Bull. Algunos dirán que usemos nuestros motores para derrotar a Mercedes, pero no me sirve ese argumento. Quiero que gane Ferrari. Sabemos que Red Bull tiene buenas habilidades, nos destrozaron con Vettel y los campeonatos que ganaron", anunciaba Marchionne haciendo alusión a la hegemonía de los de Milton Keynes de 2010 a 2014 donde su mayor rival fue la Ferrari de Fernando Alonso.
Pero la cosa no se queda ahí. Marchionne ve más allá y sabe que si hubiesen dado sus motores a los chicos de la bebida energética hubiesen podido destinar todos sus recursos a desarrollar el chasis mientras que en Maranello hubiesen tenido que repartirlo entre el coche y la unidad de potencia: "Red Bull ha invertido grandes cantidades en el desarrollo de su chasis para que ahora les demos nuestro motor a un precio menor que lo que se ha invertido en él, habría desigualdad en la pista. No estoy interesado en ello".
