Jaime Alguersuari, crítico con la categoría reina

"¿La Fórmula 1 es un deporte? No, es un negocio insostenible"

Miguel Carricas
30/09/2016 18:15

Jaime Alguersuari aprovechó ayer su visita al programa de televisión ‘El Chiringuito de Jugones’ para lanzar una dura crítica hacia la Fórmula 1 actual. Según el expiloto barcelonés, quien militó en el equipo Toro Rosso desde 2009 hasta 2011, la categoría reina “no es un deporte, sino un negocio insostenible” que hace oídos sordos a las exigencias de los aficionados con una reglamentación carente de espectáculo y atractivo para las grandes marcas del sector del automóvil. El polémico juicio de Alguersuari también abordó la importancia del factor mecánico sobre el talento natural al volante, hasta el punto de lamentar que “un 85%” del rendimiento en pista se produzca a través del rendimiento del monoplaza sin apenas margen de actuación para los pilotos.

 

Tras su salida de Toro Rosso hace ya cinco temporadas, Alguersuari se ha convertido en una de las voces más críticas con la Fórmula 1 en el panorama nacional. Entonando su habitual discurso contra la excesiva dependencia del factor negocio sobre el espíritu natural de las carreras, el catalán quiso reiterar así su descontento con la situación del Gran Circo. "La F1 es un gran negocio insostenible a día de hoy. No es un deporte. Un deporte es donde están los mejores pilotos o jugadores del mundo, donde puedes ver que hay una situación humana o física. En el tenis o el fútbol, ves a alguien con talento que puede estar al nivel para la primera división. En los coches, el piloto sigue haciendo la diferencia, pero hoy en día el 85% lo hace el coche", indicó.

Según Alguersuari, la diferencia de velocidad entre los pilotos de hoy en día son sustancialmente menores que en anteriores épocas de la Fórmula 1 o incluso otros deportes donde el talento adquiere un papel más relevante. "Tú puedes gestionar una situación de presión mejor. Para mí, Fernando (Alonso) es el piloto más completo porque gestiona todas las carreras de la mejor manera. Suma puntos cuando el coche no está al nivel, está delante y saca partido donde no hay. Eso es un piloto completo. Pero en velocidad, hay pilotos igual o más rápidos que Fernando. No estamos hablando de que un piloto sea dos segundos por vuelta más rápido que otro, no hay diferencias como se pueden ver en otros deportes como el fútbol", apunta en este sentido.

Alguersuari afirma "no entender" la necesidad de instalar una infraestructura millonaria alrededor de la Fórmula 1, especialmente después de que su popularidad a nivel mundial haya descendido en los últimos años por efecto de la nueva tecnología híbrida. "La Fórmula 1 es un negocio donde se mueve mucho dinero por detrás. Desafortunadamente, es un negocio insostenible porque no creo que sea lógico ni ético gastarse 350 millones de euros para ganar un Campeonato, y además donde cada día hay menos marcas. No entiendo un ‘show’ que se gasta tanto dinero para ver coches que cada año van más lentos, donde implantan sistemas híbridos que no dan espectáculo a la gente".

El barcelonés reconoce que "ya no veo las carreras ni me divierten" y lamenta que el funcionamiento actual de la categoría reina haya generado grandes corrientes de descontento entre expilotos, voces autorizadas y aficionados. "Cada cuatro años se cambia de reglamentación y cada piloto te dirá que la F1 se acabó en 2011 o 2012. Había carreras donde corría Senna y se jugaba la vida en cada curva, tenía que sacar la mano del volante y no había dirección asistida. Por supuesto que la tecnología y la creatividad de los ingenieros es inevitable, pero al final debes hacer un espectáculo y tienes que vender un producto para divertir a los aficionados. Las carreras de hoy en día no son mi taza de té", indicaba en alusión a una típica expresión británica.

La visión crítica de Alguersuari no le impide valorar su proceso de aprendizaje como piloto oficial de la parrilla durante tres temporadas consecutivas, un episodio que califica como "la mejor formación" posible en el ámbito del deporte. "Fue una experiencia, me dedicaba a las carreras y los coches desde pequeño, tuve la oportunidad de entrar en Toro Rosso y es algo que te forma. Era una experiencia viajar por el mundo, trabajar con un equipo tan grande y un presupuesto tan grande, porque estás cogiendo un coche que vale mucho dinero. Es una responsabilidad, y hacerlo de joven es la mejor formación que un deportista de élite podría tener. Salía a divertirme, si el coche iba mal me divertía menos, pero la mentalidad era de disfrutar".