GP de Gran Bretaña - Carrera

Hamilton saborea la venganza en la batalla épica de Alonso y Vettel

Víctor Serrano
06/07/2014 16:50

Con carreras como la de hoy, poco importa si los monoplazas lucen unos morros que romperían hasta el espejo más resistente, si suenan menos que un GP2 o si son más lentos que en décadas. Fórmula 1 en estado puro es lo que hemos visto sobre el asfalto de Silverstone, que nos ha dejado de nuevo el Mundial tan apretado como nos gusta y un hombre que ha llevado la bandera del espectáculo a lo más alto.

Empezamos por el hombre que más feliz ha acabado tras la carrera. Su grave error en calificación le costó la pole y cinco posiciones de desventaja con Rosberg, pero también encendió más la llama de ambición por querer triunfar ante su público. Y hoy Hamilton ha podido alzar los brazos ante el delirio de la afición británica desde lo más alto del podio y con una distancia en el Mundial reducida casi a la mínima expresión: cuatro puntos.

Los 29 de ventaja con los que llegaba Rosberg se desvanecieron en el momento en el que su W05 naufragaba con problemas en su caja de cambios. Nico intentó desesperado reanimar a su flecha de plata, pero ella no estaba dispuesta a volar. La falta de fiabilidad del Mercedes, que cada vez es más frecuente, esta vez le ha tocado a él y no ha podido hacer otra cosa que ver impotente como Hamilton tomaba el liderato e iba a una victoria con alfombra roja.

Poco tardó Hamilton en ponerse a la estela de Rosberg a pesar de verle a más distancia de la que acostumbra. En la salida pasó a Vettel en una maniobra al límite en la que llegaron a chocar ruedas y en la resalida, que contaremos con detalles más adelante, se quitó a los dos McLaren de encima, primero a Magnussen y luego a Button, para tener vía libre hasta su compañero y rival. Después, le sirvieron en bandeja su quinta victoria.

Hoy me permitirán saltarme el orden natural de la clasificación final. Y es que antes de pasar por el resto de protagonistas del podio, es inevitable destacar la portentosa actuación que ha desempeñado Alonso con el Ferrari. El asturiano tiró de los galones, el talento y la maestría que muestra cada vez que su coche le deja o cuando está obligado a remontar. Este ha sido un gran premio de esos y será difícil de olvidar.

Curiosamente, comenzó su periplo con un error muy poco frecuente adelantando su posición en la caja de salida, lo que le costó un Stop & Go de cinco segundos. Tras una salida floja con neumáticos duros, la resalida tras el Safety Car le permitió montar el compuesto medio y tirar a destajo para ir superando posiciones. Así, de la decimotercera posición llegó a colocarse en la quinta firmando algunos adelantamientos magníficos como los que hizo a Kvyat y Ricciardo.

Un regalo para nuestro ojos pero que se iba a quedar en pañales con lo que el destino de esta carrera nos tenía preparado. Tras hacer su segunda parada, Vettel salía justo por delante de Fernando, aunque por poco tiempo. En la Copse, el español apuró los límites de la pista y de la gravedad al máximo y pasó al alemán con un adelantamiento de época, a la altura de aquel que hizo a Schumacher en la 130R de Suzuka en 2005.

Pero, ni habiendo arriesgado su Ferrari al límite, Alonso pudo zanjar su batalla con Sebastian, solo fue el principio de 14 vueltas de infarto. La realización solo tenía cámaras para no perderse detalle de un enfrentamiento entre los dos pilotos más grandes de la actualidad. Vettel, con ruedas más frescas y DRS, era incapaz de pasar a Fernando, que apuraba cada trazada cerrándole todas las puertas mientras conducía su Ferrari en el ‘modo ahorro’.

Ambos rebasaban los límites de la pista y se quejaban por sus radios. No querían ceder ni un centímetro de asfalto a su rival, sacando el orgullo que solo tienen los que han sido campeones del mundo. Finalmente, la lógica de la situación se impuso por mucho que el asturiano se empeñara en lo contrario y Vettel le rebasó en el mismo punto donde comenzó una lucha que ya forma parte de la historia. Quinto final para Seb, sexto para Alonso y espectáculo para todos.

Por delante de ellos y detrás de Hamilton terminó un sensacional Bottas. Tras la de Alonso, su formidable carrera con doce posiciones ganadas es la más destacada de todas. Segundo podio seguido para Valtteri y para un Williams que se confirma como el segundo mejor coche. Ricciardo cerró la ceremonia del champán tras hacer lo imposible, llevando a meta su Red Bull con unos neumáticos medios con 36 vueltas y con Button a un suspiro.

Magnussen, Hülkenberg (que tuvo verdaderos problemas de sobreviraje) y ambos Toro Rosso (con Kvyat de nuevo ganando la partida a Verge), completaron las posiciones de puntos en una carrera tremendamente accidentada, sobre todo al principio... Räikkönen se salía de la pista en Aintree y al reincorporarse a toda velocidad perdió el control del coche tras pasar por el corte del césped con el asfalto.

Se fue directo contra el muro y la inercia le llevó de nuevo a la pista, donde Massa no pudo evitar un choque que pudo ser mucho mayor de no haber estado rápido de reflejos. Kobayashi esquivó al F14-T de milagro marchándose por la hierba y una rueda despedida impactó en el Marussia de Chilton. Afortunadamente, todo quedó en un susto y en una pequeña cojera del finlandés.

La carrera se suspendió durante una hora para arreglar los desperfectos en la barrera y se reanudó tras el coche de seguridad. Después, Gutiérrez por un pinchazo, Ericsson por romper una suspensión y Maldonado por problemas de fiabilidad, aumentaron la lista de abandonos del GP de Gran Bretaña, que también vio un vuelo sin control de Pastor tras un toque evitable de Esteban. Que carrera…