Dos mundos completamente distintos

Haas quiere ver probar a Grosjean y Gutiérrez en la NASCAR

Santi Torres
22/01/2016 12:19

Gene Haas es un hombre práctico. Más de una década en la NASCAR y varios títulos en su haber le dan cierta soltura dentro del mundo de la competición, con lo que sabe perfectamente que un piloto de F1 en un circuito rutero es un claro candidato a sumar puntos. 

Por eso mismo el propietario del equipo Haas F1 y el copropietario de Stewart-Haas en los stock cars americanos no cierra puertas. De hecho, a Gene le gustaría ver a Romain Grosjean o a Esteban Gutiérrez al volante de uno de sus coches. 

"En realidad cabe en el coche 41, así que creo que le interesaría subirse al coche", comenta Haas sobre Grosjean, que ya dio un par de vueltas al lado de Kurt Busch, piloto habitual del Chevrolet SS número 41. "Si pudiésemos arreglarlo todo, le subiríamos al coche para intentarlo. Creo que cualquier piloto de carreras quiere ver cómo son otras modalidades para ver como se las apañaría", añade.

Un NASCAR y un F1 son caras opuestas dentro de la competición. Mientras que los prototipos del Gran Circo a penas rozan los 750 kilos de peso, los mastodontes americanos pesan el doble y son más potentes a nivel de motor de combustión, rozando los 900 CV en circuitos sin placa restrictora. En un óvalo, la trazada es importantísima, y hacer trabajar bien un stock car es muy complicado. Como extra, la configuración del coche en un oval es difícil de entender, pues ambos lados del coche suelen estar ajustados en forma de espejo.

"La F1, obviamente, es un mundo diferente por los coches, el reglamento y demás", prosigue Haas. "Cuando los hombres de la F1 vienen y prueban estos coches, se dan cuenta que no son sencillos. Son grandes, huesos duros de roer. Se necesita más talento para conducir uno de estos por la pista que un F1, que es más preciso y riguroso", asegura convincentemente.

Varios nombres famosos han pilotado un NASCAR y un monoplaza de F1. Sin ir más lejos, Mario Andretti ganó las 500 millas de Daytona en 1967, siendo de momento el único extranjero en ganar la Gran Carrera Americana.

Ya en tiempos más modernos, Juan Pablo Montoya es el mayor ejemplo. Tras ganar la F3000 en 1998 se fue a Estados Unidos para correr la CART. Allí descubrió los óvalos, y le quedo la espinita clavada. Tras un mal 2006 en McLaren y varios encontronazos con Ron Dennis, Montoya migró a la NASCAR. No consiguió ganar en un óvalo, pero si lo hizo dos veces. Una en Sonoma y otra en Watkins Glen, ambos circuitos ruteros.

Otro ejemplo de piloto F1 en NASCAR fue Nelson Piquet Jr, que llegó a ganar en los óvalos de Michigan y Las Vegas dentro de las Camping World Truck Series. A su vez, ganó la carrera de 2012 en Road America de la actual Xfinity Series y participó en 2014 en la carrera del Watkins Glen de la Sprint Cup, finalizando en vigésimo sexta posición.

Al socio y piloto de Haas Tony Stewart le interesa también el intercambiar asiento con Grosjean o Gutiérrez. 'Smoke', su mote dentro del paddock de la NASCAR, ya hizo una exhibición con un F1 en 2011 junto a Lewis Hamilton en el Glen. "Creo que si vamos a hacer eso, lo justo es que nosotros pilotemos un F1, un intercambio", comenta el tricampeón de NASCAR. 

Gutiérrez y Grosjean tendrían una oportunidad en Sonoma o en Watkins Glen. En estas dos pruebas de la NASCAR los equipos suelen contratar a los llamados 'road course ringers', pilotos especialmente efectivos en circuitos ruteros. Debido a la profesionalización masiva del deporte cada vez se ven menos estos tipos de piloto en la competición americana.