Ecclestone ordena a los pilotos que no critiquen a Pirelli públicamente
En Spa-Francorchamps, Nico Rosberg y Sebastian Vettel fueron víctimas de dos reventones inesperados que recordaron a Silverstone 2013, una carrera marcada por el esperpento en la que los cauchos italianos explotaban espontáneamente.
Para evitar que la imagen de Pirelli (y de la Fórmula 1) quede excesivamente dañada, antes de llegar a Monza se ha celebrado una reunión de 60 minutos a la que han asistido el mismo Ecclestone, directivos de Pirelli, altos cargos de los equipos y diversos pilotos, como Vettel o Fernando Alonso.
Según ha informado Auto Motor und Sport, hubo declaraciones cruzadas y momentos de tensión, como cuando Niki Lauda arremetió contra la ambigüedad y lentitud de Pirelli para diagnosticar el origen del fallo de Spa. "En mis tiempos a los 10 minutos podías hablar con el fabricante y yo sólo estaba contento si me explicaban la causa, no tenía que esperar dos semanas".
Sea como sea, Ecclestone ha llamado al orden y ha pedido a los pilotos que mantengan el pico cerrado. "Si alguien tiene algún problema debería hablarlo con el responsable del problema", ha apuntado en alusión a las declaraciones a las televisiones.
Paul Hembery, responsable F1 de Pirelli, también ha apoyado que se imponga el silencio y ha señalado que las críticas deben transmitirse en el "ambiente correcto" y que los pilotos "deberían expresar sus opiniones de forma correcta".
Las órdenes de Ecclestone han sido efectivas, pues en Italia tanto Sebastian Vettel como Nico Rosberg ya han cambiado su discurso e incluso sugieren, en el caso del alemán, que sus palabras originales se malinterpretaron.
Ecclestone también ha dejado claro que el episodio de Spa-Francorchamps no afectará a las posibilidades de Pirelli para continuar en el Mundial más allá de 2017.
