Calentamiento externo artificial

Descubierto el secreto de las presiones de Mercedes

28/06/2016 12:09
A comienzos de temporada existía la sospecha de que varias escuderías habían hallado el modo de que la presión de los neumáticos bajara por debajo del mínimo reglamentario cuando el coche estaba en marcha, para así ganar más rendimiento. La revista alemana Auto Motor und Sport ha aportado más luz sobre cómo Mercedes consigue sacar partido de esta práctica.

En las imágenes publicadas, que se corresponden con la parrilla de salida de Bakú, se aprecia cómo las flechas de plata incorporan un sistema en los extremos de su monoplaza para elevar la temperatura de los frenos y la llanta. Así, cuando los mecánicos montan los neumáticos Pirelli, la presión de estos sube por el calor que les rodea y consiguen alcanzar la presión mínima inicial que exige la marca de neumáticos. En cuanto el coche se pone en marcha, la temperatura de los elementos calentados artificialmente disminuye.

Mercedes precalienta la zona adyacente al neumático a 200ºC, pero la temperatura cae hasta los 100ºC cuando el monoplaza se pone en marcha. Esta disminución hace disminuir la presión en un PSI. La ventaja reside en que si un coche es capaz de situarse en la presión mínima a 200ºC, rodará por debajo del mínimo en cuanto la temperatura regrese a su valor normal. Uno que arranque a 100ºC no experimentará este descenso.

La presión de los neumáticos es una cuestión problemática desde el accidente de Sebastian Vettel en Bélgica 2015, donde uno de sus neumáticos no resistió la subida del Raidillon. En este punto se alcanzaban unas altas cantidades de G Combinadas, de manera Lateral (X), Longitudinal (Y) y sobre todo Vertical (Z), lo que provocó que el neumático no fuera capaz de hacer frente a esa cantidad de energía al cabo de las vueltas. 

Para evitar este problema en Pirelli trataron de colocar unas presiones algo más elevadas en sus neumáticos, para darles la capacidad estructural necesaria de poder aguantar bien las fuerzas que se generaran, sin que llevara a que cesara el neumático. El problema encontrado fue que al elevar las presiones, como es natural, se reduce la huella creada en el suelo, lo que rebaja a su vez el agarre mecánico debido a la menor extensión de la adhesión, y que ello redujera la velocidad de paso por curva.

Los equipos han tratado de salvar este inconveniente en sus neumáticos, tratando de crear sistemas que permitieran reducir las presiones en orden de marcha, haciendo que al comienzo estuvieran muy calientes, pero que posteriormente, se fueran reduciendo, aumentando la capacidad de deformación del neumático. Es algo que se venía viendo en las últimas semanas, y que de hecho llevó a monitorizar las presiones en tiempo real en las últimas carreras, tratando de detectar posibles valores fuera de rango, ya que la medición era estática, en parrilla, y unitaria, recogida de una sola vez.