Lo sucedido en Japón devuelve el debate al paddock

Claire Williams no descarta los cockpits cerrados: "La seguridad es prioritaria"

Miguel Carricas
09/10/2014 11:06

La seguridad se ha convertido en uno de los mayores aliados de la Fórmula 1 a lo largo de la última década. Desde el último suceso fatídico de Ayrton Senna hace ya más de veinte años, las medidas de seguridad se han reforzado de forma significativa tanto en los monoplazas como en los circuitos y sus medidas de actuación, si bien el accidente que sufrió Jules Bianchi el pasado domingo devuelve al deporte a una cruda realidad donde todavía persisten los riesgos que ponen en peligro cada fin de semana la vida de los pilotos.

Aquel 1 de mayo de 1994 fue uno de los puntos de inflexión más trascendentales en la historia del deporte. El fallecimiento de Senna obligaba a emprender nuevas políticas de seguridad con vistas al inicio de un nuevo siglo en el que, afortunadamente, todavía no se han registrado nuevas pérdidas gracias a los nuevos diseños de los circuitos, la implantación del HANS, el refuerzo de las protecciones exteriores de los cascos o la variación en el grado de altura de los coches, entre otras medidas.

Tenemos que encontrar formas para que los pilotos estén lo más protegidos posible

No obstante, tal salto cualitativo en las condiciones no ha conseguido aislar a la Fórmula 1 del peligro, y es que todavía faltan aspectos por pulir en materia de seguridad que, aunque parezcan acciones cotidianas a las que se exponen constantemente los pilotos, pueden originar profundas tragedias como la que vivió el deporte hace menos de una semana con el impacto de Bianchi contra una grúa situada a apenas unos metros de la trayectoria del asfalto.

Por ello, los máximos responsables de la propia Fórmula 1 y sus equipos han retomado las reflexiones de aquel Gran Premio de San Marino con el objetivo de cubrir las lagunas de seguridad aún existentes en las carreras. Sin la aparente intención de adaptar mayores protecciones a los circuitos, o revisar el protocolo de los comisarios, la idea que más enteros ha ganado en las últimas horas es la de implantar definitivamente los cockpits cerrados a los monoplazas.

La idea, desarrollada por la FIA desde hace varias temporadas, está llamada a convertirse en una de las principales medidas de futuro que impidan las graves secuelas que han generado los últimos accidentes por impactos en la cabeza como el de Felipe Massa en 2009, el de María de Villota en 2012, o el más reciente del propio Bianchi hace apenas cuatro días.

En este sentido, Claire Williams ha sido una de las pocas figuras del paddock que ha anunciado públicamente el intento del Grupo de Estrategia de colaborar junto a la FIA en su análisis de las causas y consecuencias que puede acarrear el incidente de Bianchi al entorno de la Fórmula 1. Por el momento, la prioridad de los equipos no es otra que garantizar la seguridad de los monoplazas más allá de mantener su estética característica, y lo cierto es que se contemplan los cockpits cerrados como una posibilidad para cumplir con de tal objetivo.

“No puedo hablar sobre lo que discutimos en las reuniones del Grupo de Estrategia, pero la seguridad siempre está en la agenda de la Fórmula 1. Los cockpits cerrados no son técnicamente fáciles para que los integremos a un coche de Fórmula 1, y por supuesto cambian la naturaleza de la apariencia del coche”, ha destacado Williams.

Sea como sea, la directiva británica ha insistido en que cualquier conversación que incluya nuevas propuestas para mejorar la seguridad del deporte debe producirse en un entorno privado entre los máximos responsables del deporte sin contribuir a una constante especulación pública: “Tenemos que mirar todas las opciones disponibles para nosotros, ya sea con un cockpit cerrado o no, pero creo que esas conversaciones deben producirse en la sombra”, ha destacado.

“La seguridad siempre es prioritaria, así que tenemos que encontrar formas para asegurar que nuestros pilotos están lo mejor protegidos posible, y no creo que la estética del monoplaza de Fórmula 1, aun siendo su fibra y ADN, o su apariencia sean importantes, sino que la seguridad debe ser prioritaria”, añade.

Nuestro deporte a veces es peligroso, pero se ha hecho mucho trabajo desde la muerte de Senna

En cualquier caso, el efecto que puede haber causado para el deporte la presencia de la grúa en la escapatoria de la curva ocho de Suzuka no debe estar aislado del aumento de la seguridad de los últimos años que ha permitido a pilotos como Webber, Alonso, Kovalainen o Kubica salir ilesos de accidentes verdaderamente aparatosos.

“Nuestro deporte a veces es peligroso, pero se ha hecho mucho trabajo por detrás en los últimos veinte años desde que Ayrton muriera en Imola en 1994. Se ven muchos accidentes en la Fórmula 1 donde no necesariamente se espera que los pilotos salgan y anden por su cuenta, y lo cierto es que hace veinte años no habría sido necesariamente así”

De este modo, la responsabilidad de que los accidentes sigan sin generar lesiones para la integridad de los pilotos recae únicamente en la labor que lleve a cabo a partir de ahora la FIA junto a los diferentes responsables de los circuitos que completan el calendario.

La FIA y los organizadores de las carreras necesitan llevar a cabo un análisis completo del accidente que ocurrió el domingo, y creo que la preocupación de todo el mundo en nuestro deporte es actualmente Jules y su recuperación”