Habla Ross Brawn

"En Ferrari aprendí que te cambian las normas si eres malo para la F1"

04/02/2017 16:23
Ross Brawn opina que la colaboración que existió entre Ferrari y Bridgestone durante los años gloriosos de Michael Schumacher fue un arma de doble filo, porque dejó a la Scuderia en una situación desprotegida cuando la FIA cambió la normativa de los neumáticos en el año 2005.

La Scuderia jugó sus cartas para convertirse en la primera opción del fabricante de neumáticos. Obtuvo un trato preferente que ahuyentó a sus rivales, temerosos de no recibir el mismo producto que los de Maranello. McLaren (2002), BAR-Honda (2004) y Sauber (2005) firmaron con Michelin.

Pero tras cinco Mundiales de Pilotos y seis de Constructores, Ferrari recibió un impacto en su línea de flotación. En 2005 sólo se podría usar un juego de gomas para toda la carrera. Esa medida favorecía a los clientes de Michelin y dejaba a los de Bridgestone en una situación comprometida, como Ross Brawn explica en su libro.

"Lo que aprendí de esa etapa de dominación es que te harán caer de una forma u otra. O te robarán a tu gente o serás autocomplaciente con el éxito, o si eres malo para el deporte el resto se unirán contra ti y te cambiarán la normativa".

"Un cambio de normativa que nos arruinó fue el de 2005. Nosotros habíamos desarrollado una filosofía de carreras al sprint. Bridgestone fabricaba neumáticos blandos con mucha adherencia y una vida útil corta. Nosotros hacíamos coches con un tanque de combustible pequeño, porque habíamos optimizado ese enfoque para hacer carreras de tres o cuatro paradas".

"Estábamos completamente jodidos. No teníamos el conocimiento del neumático para hacer carreras con un solo juego. Michelin tenía un enfoque distinto, sus neumáticos mejoraban según avanzaba la carrera", relata en conversación con Adam Parr.

Brawn cree que Ferrari contribuyó indirectamente a que se produjera esta situación, porque el resto de fabricantes importantes se habían alineado con Michelin.

"Irónicamente, fuimos nuestro peor enemigo. Nadie más usaba Bridgestone porque no sentían que fueran a ser tratados con igualdad. De algún modo, nosotros creamos esa situación. Teníamos a Bridgestone prácticamente en exclusiva, así a todo el mundo le pareció una idea maravillosa usar un solo juego de neumáticos por carrera".

"Al principio todo el mundo está contento (cuando ganas), pero luego su actitud cambia e intentan destrozarte. Simpatizo con el problema que tenían Bernie (Ecclestone) y Max (Mosley), porque Ferrari lo ganaba todo. Bernie se tiraba de los pelos por el impacto que eso tenía en el área comercial de la Fórmula 1".

Fruto del nuevo Reglamento, Ferrari no ganó ninguna carrera en toda la temporada con la excepción del famoso GP de Estados Unidos 2005, en el que todos los coches con gomas Michelin no participaron. Pero el equipo volvió a coger impulso en 2006. "Al final de 2005 empezamos a hacerlo bien y encontramos algunas soluciones. Las cosas mejoraron. En 2006 luchamos por el Campeonato, aunque todavía teníamos problemas. Pero al final de esa temporada volvíamos a ser competitivos. Nos habíamos adaptado".