Sólo un gran avance tecnológico nos traerá al sucesor del Porsche 918

Y es que el sucesor del Porsche 918 debería ser, según la opinión de los ingenieros y en atención al curso de los tiempos, un coche íntegramente eléctrico. Pero actualmente el peso de las baterías arruinaría el rendimiento del futuro deportivo, por lo que la marca descarta el proyecto de momento.

"Un futuro superdeportivo es una cuestión de tecnología. Si lo hiciésemos ahora, tendría que ser híbrido, pero eso ya lo hicimos con el 918" manifestó Michael Steiner, jefe de investigación y desarrollo del fabricante alemán.

El requisito fundamental para Porsche es que su nuevo superdeportivo sea mucho mejor que el anterior, tanto en velocidad, como en rendimiento global, por lo que si no se avanza de manera espectacular en algunos campos, no será posible.

Desde Porsche reconocen que las prestaciones están ahí, pero que sólo se consiguen forzando las baterías, lo que acorta notablemente su vida útil, y supondría tener que cambiarlas en cortos periodos de tiempo. "Y no creo que nuestros clientes estén listos para tratar a las costosas baterías como un elemento reemplazable", añadió Steiner.

El objetivo es simple: tiene que superar al 918 en el Nürburgring, y por mucho, el día que el superdeportivo llegue a la gama de Porsche. La marca, por supuesto, trabaja y desarrolla las tecnologías, pero advierte que es un proceso lento, aunque su incorporación a la Fórmula E seguramente acelerará la invesitgación. Y además, acaba sentenciando:

"Porsche nunca ha tenido entre sus objetivos el sacar de manera periódica y regular un superdeportivo al mercado. El próximo puede tardar mucho tiempo. Buscamos algo realmente nuevo para nuestro futuro supercoche."

Así que aún nos queda bastante para que Porsche saque un nuevo superdeportivo. Haríamos bien en no esperarlo hasta la próxima década.