Shelby SuperCars trama un regreso a lo grande
Ha pasado un tiempo considerable desde la última vez que escuchamos algo sobre SSC, pero parece que la firma estadounidense está por fin de vuelta. Esta pequeña compañía creó en 2006 su primer modelo, el Aero, que cinco años más tarde vio su evolución en el Ultimate Aero II –más conocido como Tuatara–, un misil de 1.350 caballos diseñado por Jason Castriota, famoso por sus trabajos al lado del maestro Pininfarina. Ahora, tras más de un lustro sin noticias de estas flechas, el célebre superdeportivo americano está a punto de volver a ver la luz con una nueva generación.
Con el récord del coche de producción más rápido del mundo en mente –título que le arrebató Bugatti–, está previsto que Shelby presente dentro de poco un monstruo de la velocidad semejante al Hennessey Venom F5 que vimos a finales del año pasado, es decir, un vehículo de prestaciones colosales con una relación peso-potencia cercana a 1:1. No conforme con equipar un motor V8 biturbo de más de 7 litros y 1.600 caballos, el nuevo sueprcar está construido a base de fibra de carbono incluso en su monocasco. De hecho, hay quien dice que SSC podría superar estas cifras.
Desafortunadamente, aquel Tuatara, que recibía su extraño apodo de una especie de lagarto neozelandés, nunca ingresó en producción, por lo que la empresa de Jerod Shelby poco pudo probar su 'cohete' a excepción de su one-off, cuyo precio se estimó en 1 millón de dólares –800.000 euros aproximadamente al cambio–. Con todo y a pesar de su poca experiencia, esta empresa americana actualizó su sitio web y sus redes sociales –que durante tanto tiempo permanecieron inactivos– hace unos días con una imagen a modo de teaser, dispuesta a alcanzar su sueño.
Esta fotografía, ostensiblemente modificada, hace tácita la promesa de que el próximo y renacido SSC Aero aterrizará pronto en el Salón Internacional del Automóvil de Detroit –del 14 al 28 de enero– para desafiar a los últimos 'hypercars' de la industria automotriz, obras tanto de otras firmas estadounidenses como de las prestigiosas Bugatti o Koenigsegg. De este modo, tan sólo queda esperar un par de semanas para conocer con detalle qué nos depara Shelby SuperCars, aunque a juzgar por su timidez, creemos que el pastel puede ser muy dulce.
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