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Las carreras de drones tripulados pueden ser pronto una realidad

06/04/2020 11:55

Es hora de emocionarnos con una nueva categoría que promete carreras del siglo XXI. Y decimos que las promete porque en estos momentos es tan sólo un proyecto en construcción. Se trata de Airspeeder, una competición de drones tripulados que evoca el espíritu de los pioneros de la era dorada de los Grandes Premios para acelerar el desarrollo de nuevas formas de movilidad.

La idea es ambiciosa: carreras de drones pilotados con una velocidad punta superior a los 200 kilómetros/hora y baterías intercambiables que se podrían sustituir con una simple pasada por boxes. Un laboratorio de pruebas para experimentar en un momento en el que las nuevas formas de transporte urbano se encuentran en plena ebullición.

Hablamos de un dron de 4,0 metros de anchura por 3,4 metros de altura y 1,0 metros de altura. Contaría con cuatro motores de 24 kilovatios cada uno, lo que supondría una potencia combinada de 128 caballos. Pesaría tan sólo 250 kilos y volaría a unos cuatro metros de altura. Su batería tendría una autonomía de 15 minutos, pero se podría sustituir fácilmente con una pasada por boxes.

Claro que también hay motivos para el escepticismo. Uno es la crisis del coronavirus, que amenazará la viabilidad económica del proyecto. Otro es la posibilidad de que el genio creativo de los promotores vaya más allá de las necesidades reales de las compañías. Y otro es el peligro, porque es fácil imaginar qué puede ocurrirle a un cuerpo humano en caso de un accidente de estas características.

Pero en esta fase conviene, irónicamente, dejar volar la imaginación. La compañía detrás de esta iniciativa, Alauda, ha dicho que ha terminado con éxito una ronda de financiación. El objetivo es comenzar las pruebas tripuladas en cuanto Australia levante las restricciones del Covid-19. Las primeras carreras estarían previstas para finales de este mismo año.

La filosofía de la categoría bebe de la Fórmula E, en el sentido de que los participantes recibirían un ‘coche’ de serie y tan sólo tendrían que desarrollar unos pocos componentes para competir. Un enfoque mucho más económico y sostenible que la Fórmula 1, donde los equipos acometen inversiones multimillonarias para crear monoplazas nuevos cada temporada.

“El deporte motivó el progreso del automóvil y las aeronaves el siglo pasado”, ha dicho el responsable de la empresa, Matt Person. “Las carreras de Fórmula 1 de principios del siglo XX tenían un espíritu pionero que hoy nosotros recuperamos para acelerar rápidamente el progreso”.

Convendrá estar atentos.