La IndyCar se prepara para modificar otra vez su calendario 2020

Hace unos días precisamente se cuestionó la posibilidad de que se disputaran las 500 Millas de Indianápolis en la fecha prevista, el 23 de agosto, pero los promotores del campeonato y responsables del circuito han confirmado su celebración, reduciendo todavía más el aforo e imponiendo drásticas medidas. Pero ni equipos ni promotores quieren perder la carrera estrella, la que por ahora da sentido al campeonato.

Hasta la fecha se han disputado seis carreras, con lo que deberían disputarse ocho más. Por el momento parece que las visitas a Portland (13 septiembre) y la doble carrera de Laguna Seca —19-20 septiembre— peligran dadas las situaciones de Oregón —prohibidas las reuniones de más de 250 personas y la IndyCar necesita unas 600— y California.

Además, estos son los dos desplazamientos más largos a efectuar —parte del personal debería hacerlo en avión— por lo que a los equipos no les importaría mucho introducir cambios.

Una de las soluciones que se apunta es la de duplicar las carreras de Mid Ohio y Gateway, incluso el GP de Indy del 3 de octubre. Esto supondría un ahorro en tiempo y en dinero, y evitar la necesidad de planificar nuevos desplazamientos. De la misma manera, se cubrirían las tres posibles bajas en el calendario.

Los responsables de la serie, de acuerdo con los equipos, están demostrando una gran flexibilidad a la hora de buscar soluciones para que la temporada pueda celebrarse con la máxima ‘nueva normalidad’ que exigen estos tiempos. Una de las razones podría ser que en Estados Unidos están mucho más acostumbrados a empalmar eventos.

Pero también, conscientes de que la competición es espectáculo, se plantean las cosas desde otro punto de vista. Por ejemplo, ya se preguntan qué medidas habrá que tomar de cara a 2021 si la situación no mejora de forma sustancial.