IndyCar

La IndyCar pospone las carreras de Mid-Ohio a septiembre u octubre

02/08/2020 10:55

La IndyCar es la única gran categoría de monoplazas que compite con público en los circuitos a pesar de la pandemia del COVID-19, pero esa singularidad se ha girado en su contra ante el avance del virus en Estados Unidos.

El estado de Ohio, que tenía que albergar dos carreras el fin de semana que viene, ha endurecido las restricciones para evitar las concentraciones de personas. Y la respuesta de la IndyCar ha sido posponer su evento.

Sólo el tiempo dirá si es acertado fiar el calendario de 2020 a un otoño que permita correr con aficionados o si lo más inteligente sería limitarse a competir a puerta cerrada, como ha hecho la Fórmula 1 para salvar su Mundial.

Con la caída de Mid-Ohio, la próxima cita en el calendario son las 500 Millas de Indianápolis, previstas para el 23 de agosto. Y todo indica que esta prueba también puede conllevar controversia.

Los organizadores quieren que los aficionados puedan entrar al óvalo. De hecho, está prevista una capacidad del 25%, que se traduciría en la asistencia de unas 75.000 personas.

Indianápolis sigue adelante a día de hoy, pero en las últimas horas ya han comenzado a pronunciarse las primeras voces que desaconsejan dejar entrar a los fans.

El departamento de Salud de Indiana, el estado donde está el óvalo, ha dicho esta semana que "hasta que no se pueda controlar mejor al virus, animamos encarecidamente a buscar una alternativa a correr la Indy 500 con aficionados en el mes de agosto".

"Nos preocupa que el riesgo de infección desborde las previsiones del plan del Indianapolis Motor Speedway, incluyendo las reuniones sociales, los desplazamientos, restaurantes, bares, hoteles y otras actividades relacionadas con el evento".

En el caso de Mid-Ohio, se entiende que la prohibición de que entren aficionados supondría un duro golpe para las finanzas del promotor del evento, Green Savoree Racing Promotions, que esta temporada ya había perdido las carreras de St. Petersburg, Portland y Toronto.

La IndyCar no tiene un acuerdo televisivo tan lucrativo como el que pueden tener categorías como la Fórmula 1 o la NASCAR, de ahí que la presencia de los aficionados sea crucial para generar ingresos in situ para los organizadores. Aunque ante la evolución del virus, eso puede resultar contraproducente.