Cuando IndyCar y NASCAR se dan la mano

Y esto sucederá este fin de semana en el 'santa santorum' de Indianápolis, donde las dos categorías reinas del panorama automovilístico estadounidense comparten cita y escenario.

No sólo eso, sino que IndyCar corre el sábado y NASCAR se lleva el horario del domingo con doble cita: Cup, la categoría reina, y Xfinity, la segunda división.

Desde hace años, la NASCAR visitaba Indianápolis para las famosas Brickyard 400, que se disputaba en el anillo. Pero el año pasado, la prueba ya se celebró en el circuito rutero y también coincidió con el carrera de IndyCar… mientras que dejó de ser una carrera de 400 millas para convertirse en una de 200 millas.

La mano de 'El Capitán' se nota en todos los ámbitos del automovilismo americano. Es normal. Roger Penske, también apodado 'Zorro Plateado' no es un personaje cualquiera sino un exitoso hombre de negocios relacionados con la automoción. Incluso ha sido miembro del consejo de administración de General Motors o Daimler-Chrysler, también en su momento de Phillip Morris.

Penske tiene equipos corriendo –y ganando– en IndyCar y NASCAR; el próximo año volverá a IMSA gestionando los Porsche oficiales. Y es propietario de Indianápolis y de IndyCar.

No me imagino a la Fórmula 1 corriendo junto a coches del WEC en el mismo lugar y la misma fecha, compartiendo evento. Todo lo que ha hecho hasta la fecha ha sido 'destrozar' y fagocitar a otras categorías que podían hacerle sombra en la 'pirámide' montada: Fórmula 3, Fórmula 2 y Fórmula 1, hasta el punto de que la FIA prohibió a los otros campeonatos que se corrían con reglas Fórmula 3 o similares, a usar ese apelativo o acabó con las World Series Renault, por ejemplo.

Pero en Estados Unidos las cosas son diferentes. Si en Fórmula 1, Fórmula 2 o Fórmula 3 el santo y seña es 'No Money, no Fest' en Estados Unidos se invierten los términos: 'No fest, no money'. El espectáculo prima y se contienen los presupuestos de forma clara y contundente para que la actividad resulte abordable y rentable. Las reglas técnicas son básicamente sencillas e uniformes; las libertades a los ingenieros, restringidas.

De hecho, el negocio no es de uno, sino de todos. Por eso vemos correr NASCAR e IndyCar juntos. Y es posible que en un futuro lo veamos más veces.