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BMW Z3 M Coupé: ¿Y si volviese?

José Miguel Vinuesa
28/04/2018 11:28

El BMW Z3 Roadster surgió en 1995, era una belleza y fue un gran éxito para la marca alemana. Sin embargo, sus ingenieros decidieron darle una vuelta de tuerca al modelo y crearon el Z3 Coupé, un coche que resultó muy controvertido por su diseño. Nuestro ingeniero colaborador Pol Santos ha ido un paso más allá y ha creado este singular diseño con el aspecto que el Z3 M Coupé podría tener si hoy se volviese a fabricar.

Vayamos a los inicios. Un conjunto de ingenieros de BMW decidió, en sus horas libres, trabajar en el concepto coupé sobre la base del Z3 Cabrio. Algo que hoy en día podría parecer trabajo en balde, pero estaban convencidos de que al modelo se le podría sacar más partido. Así que bajo el liderazgo del ingeniero Burkhard Göschel se pusieron manos a la obra y trataron de convencer al Consejo de Administración de la marca. No fue sencillo, pero debido a que el coste de producción era apenas apreciable, se dio luz verde al Z3 Coupé.

La idea era aprovechar tanto como se pudiese del Z3 Roadster, pero intentar dotar al coupé de mayor rigidez estructural y de torsión, mientras conservaba la potencia estética del modelo, sobre todo en su frontal. En 1997 se presentó en el Salón de Frankfurt y en 1998 entró en producción, pero el resultado no gustó a todo el mundo y fue etiquetado como 'zapato de payaso', 'breadvan' o en alemán 'turnschuh', algo así como zapatilla deportiva.

El frontal destacaba frente al resto del modelo, que aprovechaba más el espacio creando un gran espacio interior. De él se sacó una versión M, con un motor de 6 cilindros en línea de 3.2 litros y 325 caballos, lo que lo convertía en un modelo muy potente. ¿Y si el coche volviese hoy en día? O mejor dicho, pensemos que este coche, que al final tuvo una aceptación decente pese a no acabar de ser comprendido, se fabricase hoy. Este podría ser el aspecto.

Nuestro ingeniero colaborador y diseñador, Pol Santos, nos ofrece un respeto fundamental y básico por las proporciones del coche, o de lo contario no tendría ningún sentido reinterpretarlo. Pero de lo que se trata es de hacerlo adecuado a los tiempos actuales, así que debe seguir la estética actual de la marca, lo cual podemos observar con nitidez en el frontal.

Hay referencias clave al anterior modelo, como los dos aletines del frontal, ahora más incisivos, y también en cómo se integra el pilar A en la fluidez del coche, algo tomado más del sucesor del Z3, el Z4, pero que viene perfectamente al caso en este modelo. Llama la atención la aleta lateral, en la que se funde la entrada y la salida de aire del motor, en vez de la discreta y elegante rejilla del modelo original, que desaparece.

El lateral es mucho más musculoso, sin definir agresivamente sus formas. Líquido es la palabra, con movimientos suaves pero pronunciados que dotan de personalidad al lateral. Algo que se rompe con la solidez del faldón lateral, mucho más anguloso que el concepto global del lateral. Eso sí, la ventana trasera se hace mucho más pequeña, dando un aire más deportivo. Y aquí es quizás donde el diseño gana más enteros, por la sencilla razón de que en el modelo original esa gran ventana generaba una sensación de incomodidad visual. Queda resuelto.

En total, durante el tiempo que estuvo en producción de 1998 a 2002, el Z3 Coupé tuvo una producción de 3.292 unidades, que pueden tomarse como un éxito o no. El modelo era rompedor, lanzaba de nuevo a la palestra el concepto ‘shooting brake’ de manera agresiva, y tenía un rendimiento excelente. Ahora que BMW se plantea la vuelta del Z3, o Z4, quizás una reinterpretación de este modelo no estaría tan fuera de lugar. De ser así, he aquí una idea que podría encajar con el actual gusto por recuperar el pasado.

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