Cierran las puertas de Frankfurt al Karolino por plagio
Un tribunal alemán ha determinado que el Artega Karolino no puede hacer acto de presencia en el Salón de Frankfurt. La empresa ha sido demandada recientemente por apropiarse del diseño del Microlino de Micro-Mobility.
El Microlino nació como proyecto en el año 2015. Se presentó en Ginebra como prototipo y se labró un acuerdo con Tecno Meccanica Imola con el objetivo de producirlo en serie y llegar al gran mercado. Pero todo se ha torcido en el último año.
Artega compró TMI en noviembre de 2018 y registró el dominio Karolino.ch. En mayo de 2019, Micro-Mobility anunció que posponía la entrega de las primeras unidades por divergencias sobre la calidad de los materiales, el desarrollo y la producción del Microlino.
Artega respondió con el anuncio de un ‘nuevo’ modelo, el Karolino. Su intención era presentarlo este septiembre en el Salón de Frankfurt, pero Micro-Mobility ha interpuesto dos demandas ante la justicia alemana.
La primera pretendía –con éxito– evitar que Artega mostrara el Microlino como el Karolino en el Salón. La segunda busca una compensación económica en base al incumplimiento de contrato entre Micro-Mobility y TMI.
"Hemos ganado en todos los puntos, así que no pueden presentar el Karolino en el IAA ni anunciarlo en su página web", ha declarado Merlin Ouboter, responsable de marketing de Micro-Mobility.
En el momento de la publicación de esta noticia, el Karolino todavía ocupa un lugar preponderante en el sitio web de Artega.
El Micro-Mobility Microlino aspira a convertirse en una versión actualizada del BMW Isetta; de retomar la senda de la micromovilidad actualizada a la tecnología eléctrica. Su precio de partida se estima en unos 12.000 euros.
Con capacidad para dos ocupantes y una puerta frontal, sus 2,44 metros de longitud y 1,5 metros de anchura lo hacen apto para aparcar en batería en la vía pública, algo sin duda útil de cara a la movilidad urbana. Pesa tan sólo 450 kilos y puede alcanzar los 90 kilómetros/hora.
