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Alemania quiere cobrar a los conductores extranjeros

30/03/2017 11:56

La cámara baja del parlamento alemán ha aprobado la creación de un impuesto especial que se aplicará a los propietarios de los vehículos matriculados fuera de Alemania, que quieran circular por las autopistas germanas.

El peaje tendrá forma de viñeta o adhesivo y autorizará a transitar durante un año, dos meses o diez días por las vías alemanas. Su precio estará comprendido entre 67 y los 130 anuales, según el plazo seleccionado, el tipo de vehículo y su nivel de emisiones.

 

GRAN DIVISIÓN EN EL PROPIO PAÍS

La propuesta formaba parte de los programas electorales de la Unión Social Cristiana de Baviera –CSU– y la Unión Demócrata Cristiana –CDU–, en la que milita la canciller Angela Merkel. En ese momento, recibió muchas críticas por parte de Los Verdes, que tacharon esta medida de "absurda".

Se pensó que la iniciativa sentaría precedente en la Unión Europa –UE– y dificultaría el tráfico internacional, además de ser contraria a la filosofía de esta comunidad. "Si nosotros cobramos entrada, es cuestión de tiempo que otros también empiecen a hacerlo, y eso será un golpe para el tráfico en la frontera", aseguró el primer ministro de Baja Sajonia, Stephan Weil.

 

PENDIENTE DE APROBACIÓN

Esta nueva tasa deberá ser aprobada por la cámara alta antes de su entrada en vigor. Se cree que el organismo puede retrasar su entrada en funcionamiento hasta después del 24 de septiembre –fecha de las elecciones federales en el país–, mediante la convocatoria de una comisión mediadora entre ambas partes del Parlamento.

La razón es que dos de los estados federales alemanes, Sarre y Renania-Palatinadotemen que la medida provoque daños al turismo y ocasione pérdidas económicas en sus territorios. Sin embargo, Merkel ya ha avisasado de que no habrá excepciones. 

La polémica ha traspasado fronteras, pues Austria y Países Bajos ya han anunciado que denunciarán este peaje ante los tribunales de la Unión Europea. La privatización de estas autopistas, cuyos críticos aseguran que costará más de lo que se ingresará, fue impulsada por el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble y supondrá un gran cambio para estas infraestructuras, que han sido públicas desde su origen, en 1930.